Nacho Martín, Castelló

El vicealcalde y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castelló, Javier Moliner, desafió ayer al Ministerio de Fomento asegurando que el ayuntamiento impedirá que se ejecute la nueva variante de la N-340 al oeste de la actual carretera nacional. "Este ayuntamiento no va a consentir que se construya por ahí; el ayuntamiento va a morir de pie antes que vivir de rodillas".

Sin precisar en qué plano o documento se basa, Moliner alegó que el trazado licitado el martes por Fomento discurrirá "a menos de 30 metros de la explanada de la Magdalena y a 100 metros de la propia ermita".

Además, insistió en tres ocasiones en acusar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de "castigar a Castelló por no votarle pasando la carretera por la Magdalena y cometiendo una atrocidad con nuestro patrimonio natural e histórico; no hay derecho a que se nos trate así".

El edil popular, quien aseguró que él "no quería hacer una rueda de prensa en este tono", anunció un proceso de "reivindicación permanente" en el que también intentará implicar a la sociedad civil castellonense.

Eso sí, a pesar de su anhelo de proteger la Magdalena, Moliner volvió a rechazar la propuesta de PSPV, Bloc y decenas de colectivos que en 2006 alegaron para que se ampliara el paraje de la Magdalena hasta la AP-7 y se asegurara así que no se construirá carretera alguna.

Desde su punto de vista, la zona que él mismo pide proteger carece de valor ambiental. "Los parajes naturales uno no puede inventárselos. El espacio que separa la explanada de la Magdalena son naranjos en producción y no puede convertirse en paraje natural porque no tiene ningún valor ecológico. Y aunque se declarara paraje, ello no podría impedir que pase por ahí una obra de interés general como una carretera".

Tras las acusaciones, el vicealcalde concluyó que el ayuntamiento deja abiertas las puertas del diálogo para que el ministerio retire el trazado y convoque una reunión que busque el consenso con Benicàssim y Castelló.

Retorno de la polémica

La polémica se desató a principios de 2006 de la mano del alcalde de Castelló, Alberto Fabra, que cambió de criterio y envió discrecionalmente una carta al ministerio, fuera del plazo de alegaciones, sobre una supuesta afección del trazado oeste en la Magdalena.

A partir de entonces, Fabra exigió una modificación del trazado que él mismo había solicitado al ministerio al objeto de lograr una nueva variante que liberara la actual N-340 para el tráfico intermunicipal. Tras un arduo debate, y a petición del alcalde, Fomento accedió a licitar primero el tramo que no revestía polémica a la espera de que el Consell acordara una opción de consenso con Castelló y Benicàssim.

Dicho acuerdo nunca cristalizó y el propio PP de Benicàssim respaldó en el pleno del pasado 3 de septiembre que se ejecutara la alternativa oeste (1D) por su mayor respeto al municipio benicense. Se da la circunstancia de que esta también es la alternativa sobre la que, al margen de debates políticos, el ingeniero municipal del Ayuntamiento de Castelló informó favorablemente por su menor impacto ambiental.

Respuesta de Fomento

Las acusaciones del PP contrastan con los datos de Fomento, que recordó ayer que el proyecto aún no está redactado y que a día de hoy resulta "imposible" determinar a qué distancia se ubicará el vial de la Magdalena. Es más, uno de los responsables del ministerio cuestionó la validez de las afirmaciones de Moliner. "Si Moliner está tan seguro de esta distancia, que por favor venga y nos diga en qué plano se ha basado, porque el estudio informativo está hecho a escala 1:5000 y el proyecto será a escala 1:1000. Y sólo cuando esté redactado este documento podremos saber la distancia real". A este respecto, la Subdelegación del Gobierno hizo hincapié en que se aplicarán todas las medidas correctoras necesarias porque el objetivo es causar "el menor impacto posible".