La Conselleria de Medio Ambiente ha activado un dispositivo de seguimiento en María Cristina para descartar la existencia de más siluros en el pantano de l'Alcora y evitar una posible reintroducción, después de que fueran hallados varios ejemplares el viernes.

Los agentes medioambientales encontraron los siluros en María Cristina, una especie alóctona y depredadora, durante los trabajos de traslado de un grupo de 200 carpas que habían quedado aisladas. Fuentes de Medio Ambiente explicaron que en teoría la totalidad de los ejemplares de siluros ya han sido traslados para su estudio a una piscifactoría que la conselleria dispone en Polinyà del Xúquer. Añadieron que los equipos ambientales continuarán unos días con labores de vigilancia con el fin de confirmar la total desaparición del siluro en el pantano.

Es la primera vez que aparece esta especie, apodada como el "basurero" de los pantanos, en la provincia de Castelló y su presencia -es una especie invasiva y depredadora de carpas, anguilas e, incluso, aves acuáticas- puede provocar estragos en el ecosistema autóctono. En los años 70 del siglo pasado, este ejemplar originario de los ríos del Este de Europa se introdujo de forma intencionada en el Delta del Ebro. El viernes apareció en un pantano de Castelló ante la sorpresa del Consell y los colectivos ecologistas. Anteriormente, en 2009, fue localizado en el embalse de Forata de Hoya de Buñol en la provincia de Valencia. No obstante, varios pescadores habían advertido en las últimas semanas de la posible existencia de siluros en el pantano de María Cristina, una denuncia que, visto lo visto, no llegó a prosperar. La conselleria aduce que no trabaja con especies autóctonas para justificar su tardanza en encontrar los ejemplares en María Cristina.

El Grupo para el Estudio y Conservación los Espacios Naturales, (Gecen) reiteró ayer que el siluro ha sido introducido de forma intencionada en el pantano de María Cristina y reclamó a la Generalitat Valenciana que abra una investigación para encontrar "al culpable". El portavoz del grupo ecologista, Paco González, recordó que el siluro "carece de un valor comercial e interesa a la pesca deportiva". En su opinión, su introducción la puede haber hecho una persona o una asociación de pescadores. González apuntó que no hay ninguna conexión fluvial directa entre el Ebro y María Cristina y añadió que en caso de localizarse al autor de los hechos el Consell debería abrir un proceso penal contra el mismo.

Medio Ambiente hizo ayer oídos sordos a la petición del colectivo ecologista y descartó la apertura de una investigación. Fuentes de la conselleria subrayaron que "es muy complicado" localizar al culpable o supuestos culpables.