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El rector de la Universitat Jaume I, Vicent Climent, confirmó ayer que no habrá "fiesta con conciertos o macro-botellón" en el campus universitario y descarta la alternativa que propone el Consell de l'Estudiantat para pagar con entradas el coste de la fiesta de bienvenida prevista para el 21 de octubre.

Climent explicó que, en cualquier caso, una fiesta dentro del campus implica que la universidad "tendría que asumir los costes de seguridad y limpieza, además del arreglo de desperfectos y los riesgos que supone una fiesta de este tipo, algo que la universidad no puede asumir en este momento".

El rector hizo hincapié en que la fiesta de bienvenida del año pasado costó a la universidad 124.000 euros y este es un gasto "inasumible" en la coyuntura actual. "No podemos estar pidiéndole a la Generalitat Valenciana que mantenga la financiación de las universidades, que estamos sufriendo duros recortes, y pedir también la urgencia del edificio de la Facultad de Ciencias de la Salud y, al mismo tiempo, gastar dinero en una fiesta que en este momento no es en absoluto prioritaria".

Desde su punto de vista, no se trata únicamente de una cuestión de ahorro económico, sino también de imagen. "Incluso aunque los estudiantes paguen los costes, no es bueno en este momento para la universidad dar esa imagen. No sólo hay que ser honesto, también hay que parecerlo. Es cierto que el Consell de l'Estudiantat ha trabajado para reducir costes en la fiesta, pero la situación está empeorando semana a semana y ha sido este mes cuando la Generalitat nos ha anunciado los recortes. Ahora es prioritario salvar los objetivos de la universidad, que son la docencia, la investigación y la difusión de la cultura; y en este sentido ya dije a los estudiantes que se respetará el presupuesto para las actividades culturales de la Semana de Bienvenida".

La máxima autoridad de la Jaume I también subrayó que una de las cuestiones clave es lograr el instrumento financiero para comenzar en 2012 las obras del edificio de la Facultad de Ciencias de la Salud. "El presidente de la Generalitat nos ha pedido corresponsabilidad y austeridad. Y si estamos diciéndole que es necesario el edificio de Ciencias de la Salud, tenemos que ofrecer también una imagen de seriedad y coherencia".

Respecto a las críticas de los portavoces estudiantiles por un supuesto desprecio, el rector subrayó que él abrió el diálogo para hablar de actividades culturales y que, aunque respeta a los estudiantes, debe velar por las prioridades de la universidad. "No es cierto que yo me haya reído de los 15.000 estudiantes. Estoy abierto a hablar de propuestas culturales, pero el presidente de la Generalitat nos ha pedido expresamente que eliminemos los gastos superfluos, y una fiesta macro-botellón es un gasto superfluo y que no es prioritario. No es el momento idóneo y la fiesta ya se retomará en otro momento más adecuado".

Movilización estudiantil

El Consell de l'Estudiantat ha declarado una contienda de movilizaciones y ya ha convocado a través de las redes sociales y mensajes de móvil una cacerolada para el próximo miércoles frente al rectorado, justo a la misma hora a la que se reúne el Consell de Govern que debe decidir si anula la controvertida fiesta.