El Gremio de Libreros de Castelló también se ha sumado a las incesantes movilizaciones y protestó ayer ante la sede de la Conselleria de Cultura para exigir los más de 5,5 millones de euros que les adeuda la Generalitat por el bono-libro de 55.000 alumnos de primero a sexto de primaria, según confirmaron ayer fuentes del colectivo. "Llibres ni 1, i molta Fórmula 1"; "la conselleria vol tancar les llibreries"; "pagueu als llibreters", "les llibreries volem cobrar". Todos los mensajes que podían leerse en las pancartas lanzaban un mensaje inequívoco a la Generalitat Valenciana.

Además, por primera vez, los libreros protagonizaron una manifestación coordinada en las tres provincias de la Comunitat, unidos por una indignación inicial que ya se ha convertido en lucha de supervivencia. De hecho, muchas de las pequeñas librerías castellonenses están al borde del cierre -algunas han tenido que pedir préstamos bancarios- y el colectivo tampoco puede asumir un calendario de pagos aplazados como el que insinuó recientemente la consellera de Educación, María José Català. Los libreros castellonenses lamentan que la Generalitat debería haber liquidado el pago de los libros a más tardar en octubre.