El alcalde de Almassora, Vicente Casanova, se reunirá mañana en Valencia con el director general de Ordenación y Centros Docentes, Rafael Carbonell, para interesarse por los proyectos del área que afectan a la localidad y apremiar a la Conselleria de Educación a construir el colegio Regina Violant. El encuentro del primer edil se produce en un momento de dificultades para la cartera y en el que buena parte de los centros públicos de Almassora tiene reivindicaciones para su titular, María José Catalá.

La edificación del nuevo colegio es la "absoluta prioridad" del Ayuntamiento de Almassora, en palabras de su alcalde, en materia educativa. Con este empeño reiterará a Carbonell la exigencia que ya transmitió al ex conseller José Císcar a mediados de 2011. La localidad tiene listo el entorno donde se alzará el edificio después de adelantar los 600.000 euros de urbanización que adeuda la Conselleria con cargo al Plan Confianza. "La parcela está delimitada, lista y cuenta con todos los servicios", recuerda el alcalde. El antiguo campo de La Garrofera ha cambiado su fisonomía para dar paso al quinto colegio de Almassora.

Cuatro meses después de reunirse con Rafael Carbonell, el encuentro se repetirá en Valencia con la intención de arrancar un compromiso firme para 2012, como ya reivindicó Casanova ante el delegado del Consell en Castelló, Joaquín Borrás, en octubre de 2011.

La construcción del colegio está incluida en los presupuestos de la Generalitat Valenciana para este año, el sexto que llevan en funcionamiento los barracones del Regina Violant a falta de un edificio en condiciones. En el verano de 2006 se instalaron sobre el antiguo campo de La Garrofera y, posteriormente, se trasladaron a la espalda de la piscina municipal.

El doble de años son los que llevan esperando los estudiantes del IES Álvaro Falomir la desaparición de las aulas prefabricadas de su centro, instaladas en 1999 para hacer frente al incremento demográfico.

Sin servicios

Sin embargo, la provisionalidad de los barracones parece ahora un problema menor debido a las dificultades que atraviesa el centro para gestionar su mantenimiento. Como tantos otros colegios e institutos de la Comunitat, el centro de Boqueras se ha quedado sin internet, calefacción, telefonía móvil, folios y hasta papel higiénico a la espera de que la Conselleria compense todos los retrasos en el pago de las ayudas.

En último término, las demandas dirigidas a María José Catalá son las del colegio Errando Vilar, donde las críticas se centran en los defectos de obra del nuevo edificio. Su AMPA es la más reivindicativa del municipio y no ha decaído en su empeño por arrancar compromisos reales al Consell.