El aumento del 20% en las ratios de alumnos por clase, el descenso de la natalidad y el éxodo de inmigrantes motivado por la crisis ha provocado de forma indirecta la desaparición de la mayor parte de las listas de espera para obtener plaza en los colegios de la ciudad de Castelló.

Así lo confirmaron ayer fuentes de los centros educativos y del sindicato UGT, que advierte que esta aparente descongestión "no es más que una mejora ficticia y peligrosa porque implica la pérdida de profesorado y de la calidad de la formación que reciben los estudiantes; nuestros hijos".

La letra pequeña de este repentino superávit de plazas es el incremento paralelo del máximo de niños por clase, que ahora pasarán de 25 a 30 en Infantil y Primaria; de 30 a 36 en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y en Formación Profesional (FP) y de 36 a 42 en Bachillerato, según consta en la orden de 22 de mayo de la Conselleria de Educación.

De este modo, la falta de aulas se suple con la integración de más escolares en las clases. La estrategia no es nueva y el Consell ya la había puesto en práctica el año pasado, aunque más tímidamente, para acallar las protestas de decenas de padres indignados ante la falta de sitio para sus hijos.

En aquel caso, se optó por aumentar excepcionalmente la ratio en un 10% y llegar a los 28 alumnos por clase (tres por encima del máximo legal) en los centros concertados Escoles Pies, Grans i Menuts, Lope de Vega, M. Vedruna, La Consolación, Izquierdo y Mater Dei y en los colegios públicos Cervantes, Pintor Castell, Manel García Grau y Armelles.

Ahora, esta excepcionalidad se convierte en normativa legal en forma de decreto y tanto profesores como sindicatos hacen hincapié en que no es la solución.

En opinión del portavoz de educación de UGT en Castelló, Laureà Puig, se trata de una de las primeras consecuencias de "unas medidas totalmente ideológicas que obligan a que los profesores no puedan atender adecuadamente a los estudiantes y que benefician a los centros privados, a los cuales se les permite tener más alumnos en clase con un criterio en el que parece que de igual uno más que veinte más; todos amontonados". Esta nueva situación todavía está generando profundos análisis en el sector educativo castellonense. No obstante, a primera vista, los padres de alumnos han percibido con sorpresa un alivio a la hora de encontrar una plaza en el barrio para sus hijos.

De hecho, la relativa facilidad para encontrar plaza escolar se ha hecho patente incluso en los colegios que en años anteriores sufrieron una saturación más alarmante: el Manel García Grau (zona de la Universitat Jaume I) y el Gaetà Huguet (barrio del Corte Inglés) y Gregal (Gran Vía). Esta circunstancia está sorprendido agradablemente a un sector de los padres, aunque en el seno de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ampas) ya se ha iniciado un análisis más profundo de sus implicaciones de futuro.