La Iglesia no reparará la grieta de la ermita de Sant Josep de Almassora. Así lo entiende el titular de la Natividad, Vicente Agut, que también se encarga de celebrar los oficios religiosos en la capilla de la huerta durante los meses de verano. Agut afirma que la ermita, construida hace un siglo por los labradores del Camí Ben Afelí, pertenece a un propietario ajeno a la Iglesia, por lo que el Obispado no se encargará de su reparación, según confirmó a este periódico.

"El problema de la ermita es que es de una persona particular. Si fuera del ayuntamiento, de la diócesis o de la parroquia se podría pedir una subvención, pero en estas circunstancias no", indicó el párroco. Su versión contradice los datos del catastro que maneja el Ayuntamiento de Almassora, que atribuye la propiedad del templo a la diócesis de Segorbe-Castelló. Es por este motivo que el alcalde, Vicente Casanova, remitió cuatro años atrás una carta al obispo para informarle de la aparición de la grieta y este verano repitió la maniobra para cerciorarse de que la Iglesia conoce el estado de la capilla. En este tiempo, la fisura en una de las paredes del templo no ha evolucionado.

En la última misiva enviada a las autoridades eclesiásticas, el primer edil adjuntó el informe elaborado por los técnicos municipales que cifraba en cerca de 100.000 euros la reparación de la grieta. El Obispado se comprometió a trasladar el informe al departamento pertinente "para su estudio y propuestas", tal como especificó en la respuesta al alcalde. "Sospecho que el camino será largo", apunta ahora el cura, que, aunque tilda de "complicado" el proceso para obtener financiación para intervenir en el templo, reitera la voluntad de la Iglesia para hallar una solución factible. Por su parte, el alcalde apeló al "valor sentimental" de la capilla para los vecinos en el informe remitido a la diócesis.