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El consistorio apoya el cierre de unidades educativas para ajustarlas a la demanda

Sales asegura que el Mestre Canós no cerrará y que la línea de infantil se recuperará cuando crezca la natalidad El concejal subraya que las de Bernat Artola y Sanchis Yago sí se mantendrán

El colegio Mestre Canós perderá la línea de infantil. carme ripollés

El gobierno del Ayuntamiento de Castelló confirmó ayer que se posicionará a favor del cierre de unidades escolares aprobado por la Conselleria de Educación en la capital de la Plana, dado que considera que la oferta de unidades escolares en la ciudad «está adecuada a la demanda existente». Eso sí, confirmó que ya ha pedido que no se cierren las unidades de Bernat Artola y Sanchís Yago (al considerar que no procedía), pero sí la de Mestre Canós.

Respecto a este colegio, el edil de Educación, Vicent Sales, considera que se está generando «alarmismo injustificado» y aseguró que el colegio «no se cerrará» pese a la eliminación de la línea de infantil, lo cual impediría la entrada de nuevos niños de infantil en 2014-15.

La dirección del colegio asegura que la supresión de esta línea condena al centro a cerrar en un plazo de entre 2 y 5 años y denunció que el objetivo de la Generalitat es «agrupar a más niños en menos centros para ahorrar dinero, aunque perjudicando la calidad educativa y dejando a barrios sin colegio».

Frente a este argumento, el concejal respondió ayer que «apuesta por que el Mestre Canós siga abierto» y alega que el próximo curso «se cerrará la línea de infantil porque no hay niños, pero si otros años hay demanda se volverá a abrir». Asimismo, el gobierno del consistorio alega que los escolares de primero de infantil que tengan hermanos en el centro «sí podrán acudir al mismo centro en una clase agrupada con niños de infantil de 4 y 5 años. Lo que se pretende no es cerrar el centro, sino adaptarse a la demanda».

El concejal expuso que la medida «no es ni más ni menos que adecuar la oferta de aulas y unidades a la demanda de alumnos para el próximo curso. Una cifra decreciente que, lógicamente, conlleva un número menor de unidades escolares».

Es más, a su modo de ver, «quienes piden que no se supriman estas unidades demuestran que son totalmente incapaces de aplicar ningún criterio de eficacia o eficiencia en la gestión». Este es el principal alegato que utilizó el Partido Popular para explicar su rechazo a la declaración institucional propuesta por Compromís, que reclamaba al Consell que rectifique y mantenga abiertas las unidades escolares. Finalmente, el PP ha utilizado su poder de veto y la propuesta no será votada en el pleno municipal.

Sales aduce que hay que «tener en cuenta que si en este curso 2013/2014 son 1.156 los alumnos matriculados en 54 unidades con una ratio media de 21 alumnos por aula, para el próximo se espera una previsión de sólo 1.037. Estos datos, que representan casi 120 alumnos menos, hacen que el número de unidades sea de 49, atendiendo a la misma ratio por aula». Esta perspectiva dista de coincidir con la de docentes, sindicatos y asociaciones de madres y madres de alumnos (ampas), que argumentan que no es una cuestión de estadística y subrayan que hay centros donde el número de alumnos es excesivo y muy superior a 21. Desde su punto de vista, se trata de un «ataque al sistema de educación pública» en beneficio de la privada.

El Consell prevé suprimir 48 aulas y de 36 maestros , un ajuste que se suma a las 10 unidades y los cerca de 200 profesores ya eliminados en el inicio de curso en la provincia de Castelló. Sólo en este curso, el Consell habrá recortado 58 unidades y habrá creado 30, lo que supone un recorte de 28.

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