La elevada tasa de desempleo juvenil y la falta de oportunidades laborales en las grandes urbes han propiciado que numerosas personas, especialmente jóvenes, hayan optado por regresar a los pequeños municipios del interior para tratar de montar su propio negocio. Es el caso de Ibán Asensio, que acaba de abrir su propia farmacia en Xodos.

«Llevaba una década en la farmacia de Puebla de Arenoso y en 2011, cuando la Conselleria de Sanidad publicó una nueva oferta de licencias para gestionar farmacias en la provincia, no me lo pensé y presenté una oferta», explica Ibán.

Según cuenta, «la necesidad de cambiar de aires, la oportunidad para desarrollar un proyecto de vida con mi familia y hacer algo que me gusta» fueron claves a la hora de decidirse a dar el paso.

Junto a su esposa y sus dos hijos, Ibán se trasladó a la localidad de la comarca de l'Alcalatén hace unos dos años. El balance es totalmente positivo.

«Los vecinos están muy contentos, porque hasta ahora únicamente disponían en el pueblo de una pequeña botica», afirma el farmacéutico, que reconoce que «tanto mi mujer como yo estamos encantados con lo bien que nos han recibido en el pueblo, como si fuéramos de toda la vida de aquí».

Servicio en fin de semana

Ibán trabaja de lunes a jueves en horario de 10.30 a 14.30 horas. Los fines de semana, debido a la proximidad del municipio con el paraje del Penyagolosa, amplía su horario de apertura para atender a la gran cantidad de excursionistas y visitantes que se desplazan hasta la zona para disfrutar de los parajes naturales que rodean la población.

«Tanto los sábados como los domingos abro en horario de mañana y tarde porque, además de los vecinos que vienen a pasar el fin de semana, hay muchos visitantes y la clientela se multiplica, incluso en épocas más frías como los meses de octubre o noviembre», afirma. Según confiesa, «las ganancias que deja la farmacia tampoco nos permiten tener grandes lujos, pero dan lo suficiente como para vivir bien toda la familia, por lo que estoy muy contento con la decisión que tomé en su día».

Ibán no fue el único en optar a gestionar un negocio de este tipo en los municipios del interior provincial. «Cuando yo presenté la oferta otros dos compañeros presentaron documentación también para abrir sendas farmacias en Vallat y Villores, respectivamente, pero al final la cosa no cuajó», indicó el farmacéutico.

No obstante, a raíz de su experiencia, Ibán Asensio anima a otros compañeros a seguir sus pasos. «Desde mi punto de vista, y más teniendo en cuenta las cifras actuales de paro, yo animaría a los farmacéuticos que no tengan trabajo y, en especial, a los jóvenes recién licenciados, a que si tienen algo de dinero para invertir prueben a emprender y monten su propio negocio». «Para mí todo han sido ventajas», reconoce. Aunque no es El Dorado, el interior se consolida como una nueva tierra de oportunidades para desarrollar un proyecto de vida.