El pleno de Morella ha vuelto a exigir, por unanimidad, una solución inmediata a la situación de las pinturas rupestres de Morella la Vella. Este enclave lleva cinco años cerrado al público y la licitación ha quedado desierta después de que la Generalitat pusiera el canon de explotación en 175.000 euros.

Después de que fuentes de la Conselleria de Cultura anunciaran las intenciones de reabrir este lugar, desde el Ayuntamiento de Morella se exige que «si existe un proyecto para la gestión, se presente al consistorio y que se trabaje para reabrir de forma seria cuanto antes», según informaron ayer fuentes municipales. El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, criticó ayer que, «por culpa de la mala gestión de la conselleria se ha perdido mucho tiempo para potenciar y promocionar un atractivo turístico y cultural de Morella muy importante y sobre todo se ha perdido la posibilidad de crear puestos de trabajo. Más aún si tenemos en cuenta que ha habido proyectos para gestionarlo, tanto de empresarios privados como entidades públicas».

El arte rupestre del Arco Mediterráneo, del que forma parte Morella La Vella, fue declarado Patrimonio de la Humanidad hace dieciséis años. Estas pinturas, dentro del término municipal de Morella y situadas junto a la masía del mismo nombre, permanecen cerradas al público desde principios de 2010.

En este período, en la Oficina de Turismo de la localidad se han registrado quejas de visitantes que han llegado aposta a la ciudad para conocer estas pinturas rupestres y que no han podido hacerlo al estar cerradas.