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Residuos

Castelló envía 70.000 t de basura a Valencia al fallar su proyecto para generar combustible

La planta que convertirá en fuente de energía los residuos no reciclables de 44 municipios está bloqueada al no haberse encontrado salida comercial

Castelló envía 70.000 t de basura a Valencia al fallar su proyecto para generar combustible

Durante años, Castelló y los principales municipios de la Plana, agrupados en la sociedad Reciplasa, fueron ejemplo de gestión de sus residuos en las instalaciones que comparten en Onda. La crisis de las basuras se centró en el norte y sur de la provincia debido al retraso en la construcción de las plantas y vertederos de referencia, hasta que finalmente se pusieron en marcha. Ahora, sin embargo, el problema se centra en el área de Reciplasa, que no puede por sí misma asumir cerca de 70.000 toneladas anuales de rechazo (la parte de los residuos que no se recicla). El motivo es que no se ha activado el proyecto de construcción de una planta para producir Combustible Derivado de Residuos (CDR) al no haberse encontrado una salida comercial para este producto. Con el vertedero de Onda cerrado, la solución provisional es derivar la basura a Algímia d'Alfara (Valencia), con el consiguiente gasto adicional, que podría repercutir en el recibo que pagan los ciudadanos.

Reciplasa envía los desechos al municipio de Valencia desde marzo de 2014, cuando el vertedero de Onda sufrió varios incendios que quemaron 5.000 metros cúbicos de material que se encontraba almacenado en la intemperie y fue cancelado.

En septiembre de 2012, una amplia comitiva política, encabezada por el president de la Generalitat, Alberto Fabra, participó en el acto de colocación de la primera piedra de una nueva planta para transformar en combustible los residuos no reciclables de las instalaciones de Reciplasa en Onda, donde va a parar la basura de 365.000 habitantes de 44 municipios de la zona centro de la provincia de Castelló. Casi tres años después, las obras de la planta no han comenzado.

¿Qué ha pasado en todo este tiempo? El proyecto original preveía que la planta tratara 100.000 toneladas anuales. El grueso de la producción iba a destinarse a alimentar los hornos de una gran cementera, con la que ya se había llegado a un acuerdo. Sin embargo, con la primera piedra ya colocada, la empresa informó a Reciplasa de que rebajaba de manera considerable su demanda, por lo que hubo que paralizar la iniciativa ante la imposibilidad de dar salida al material. Primero se modificó el proyecto para redimensionarlo y finalmente se ha optado por paralizarlo.

Reciplasa no quiere activar la planta sin tener asegurada una salida comercial para el CDR. Arrancará cuando tenga garantizada la venta de unas 15.000 toneladas anuales y de momento ha cubierto dos terceras partes. Las gestiones ya no se centran en las cementeras, cuya actividad ha caído por la crisis de la construcción. Se buscan otro tipo de industrias, aunque la utilización del CDR implica una adaptación de los hornos. La caída del precio de petróleo no ayuda.

Hasta que se pueda reactivar el proyecto, cerca de 70.000 toneladas de basura viajan cada año de Onda al norte de la provincia de Valencia para ser depositadas en el vertedero de Algímia d'Alfara. Ello obliga a un gasto extra a Reciplasa, en transporte y compensación al consorcio de propietario de la instalación de Algímia. Si la situación se prolonga obligará a apretar las tuercas a los ayuntamientos y, por extensión, a los ciudadanos a través de la tasa de basura. Los técnicos de Reciplasa trabajan de forma intensa en la búsqueda de potenciales clientes para retomar el proyecto de la planta de CDR.

Vertedero de Tales

De forma paralela, Reciplasa gestiona los permisos de reapertura del vertedero de Tales, clausurado en 2010. El objetivo es disponer de un lugar donde depositar el rechazo que no absorba la futura planta de CDR.

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