El presidente del club de patinaje Ondawheelz de Onda, Jorge Alarcón, nos desvela algunas de las novedades de la quinta edición del Onda Summer Contest que arranca hoy en el «skate park» de la localidad.
¿Cómo empezasteis con este evento?
El evento empezó en el año 2011, para promocionar las instalaciones, el club y el pueblo. En un principio esperábamos una asistencia comarcal, pero la realidad superó nuestras expectativas. El éxito dejó a todo el mundo con ganas de repetir, así que, prácticamente, nos vimos obligados a continuar con la competición y así cada año.
¿Cómo ha evolucionado desde entonces?
La verdad es que hemos tenido que reinventarnos cada año, buscando novedades en la pista, moviendo y construyendo nuevos módulos, haciendo eventos alternativos y dando facilidades al público, como la zona de acampada o la fiesta nocturna. Estamos muy contentos de ser un evento referente en el país en esta modalidad aunque, por otra parte, es una responsabilidad muy grande mantener el listón alto. Por otro lado, hemos ido atrayendo al evento al público local haciendo que vaya ganando popularidad.
¿Qué novedades hay en esta quinta edición?
La quinta edición parte de una ampliación realizada el año pasado, pero claro está, al ser el quinto aniversario hay que lucirse y hemos construido una estructura de 12 metros en la parte central del «skatepark», donde se verán las mejores acrobacias. Por otro lado, el ayuntamiento habilitará una zona de acampada para los patinadores en el terreno aledaño al «skatepark», ya que la oferta hostelera del pueblo no es suficiente para la gran asistencia de patinadores.
¿Quiénes participarán?
Al evento asistirán patinadores de todo el país y parte de Europa. Por desgracia, este año nuestra fecha coincide con un festival en Reino Unido, por lo que la presencia internacional será un poco menor que en la anterior edición. Entre los riders más destacados este año podemos hablar de Stephanie Richer, campeona del mundo de la categoría femenina que vendrá de Francia y los mejores patinadores nacionales, como Michel Prado, Aritz Ortega o Yuri Botelho, ganadores de anteriores ediciones.
¿Cómo ha mejorado el «skate park» de Onda?
El parque ha cambiado muchísimo desde su inauguración en el año 2009: no teníamos gradas, las rampas del viejo spine de la Panderola hacían de complemento a las nuevas y eran un desastre, ya que tenían más de 20 años. Durante los primeros años se quitaron, modificaron y añadieron elementos en la pista, tanto para las competiciones como para el uso diario. Sin duda, el mayor cambio fue el año pasado cuando se construyó la segunda fase de la instalación, sustituyendo la mayor parte de las rampas viejas y complementando el parque con elementos difíciles de encontrar en España, y menos en un mismo sitio.
¿Qué otras actividades realiza la entidad a lo largo del año?
Cada año intentamos realizar nuevos eventos. Principalmente, estamos enseñando a patinar a los niños en los colegios y los sábados en la pista de patinaje. En septiembre empezamos con los cursos de iniciación para niños y adultos. Por otro lado hemos empezado un curso específico de «rollerblading», donde enseñamos a los alumnos más avanzados a desenvolverse por sí solos dentro del «skatepark».
¿Cuál es la edad ideal para empezar a patinar?
Depende de la persona. Principalmente, el patinaje es la habilidad de mantenerse en equilibrio, y algunos niños la desarrollan antes que otros. Nosotros hemos llegado a tener alumnos de 3 años, que patinaban mejor que algunos mayores. Cada niño es diferente. El patinaje es una actividad magnífica para los niños, ya que impulsa sus competencias motoras, de coordinación, físicas y psicológicas. Si el niño empieza de pequeño aprenderá de forma más instintiva y más rápido, ya que tendrá más curiosidad y menos miedo.
La seguridad también será clave.
Con patines, las caídas son cuestión de tiempo. No hay que descuidar nunca la seguridad. Hay que equipar a los niños (y equiparnos los adultos) con protecciones: coderas, rodilleras, muñequeras y, por descontado, el casco. Las coderas son de las más impopulares porque son algo incómodas, pero dependiendo de la habilidad al patinar y del nivel de dificultad que se practique, patinar sin coderas supone pelarse los codos habitualmente.
