Jordi Marenyà nació en 1991 y Charlie Meseguer en 1994. Cuando Jordi, en edad juvenil, debutó en Segunda División, Charlie, que era cadete, vio factible la meta. «Uno del pueblo que debuta en Segunda, ¿por qué yo no?», pensó entonces. Ahora, cinco años después, coinciden en el primer equipo del Club Deportivo Castellón.

Hace poco más de un año, te llamé para un reportaje y te mojaste: «yo apostaría por Meseguer».

Jordi: Porque lo conocía bien, sabía qué puede hacer. A veces lo recogía yo en el coche cuando él era juvenil y lo llevaba a la ciudad deportiva. Lo había visto entrenar y recuerdo que lo vi jugar en un partido en Llosa hace dos temporadas, cuando yo estaba en el Olímpic. Era un partido feo y difícil de jugar y Charlie era de los únicos que la pedía siempre. Yo entonces lo veía más como mediapunta, de recibir ahí, de dar el último pase? Me pareció que atravesaba una situación parecida a la que yo viví en su día y por eso te dije aquello. Merecía una oportunidad.

En muchos aspectos vuestra historia es parecida.

Charlie: Él tuvo algo más de suerte, fue precoz. Jordi: Sí, yo debuté pronto. Jugar en segunda división 11 partidos con 18 años es ser afortunado.

Los dos tenéis que reciclar vuestro juego en el primer equipo. Sois jugadores distintos a lo que enseñáis de juveniles.

Charlie: Es que es otro mundo. Al primer equipo se llega con calidad, pero una vez llegas ves que gente con calidad hay de sobra por ahí, y que debes hacer kilómetros si quieres jugar con regularidad. Jordi: Es así pero con matices. Cuando cambias de Villarreal a Castellón en las categorías inferiores ya empiezas a correr. En mi primer equipo en el Castellón, con Sergio Escobar en cadete, ya había que trabajar mucho. Luego en juvenil con Sergio Navarro tuvimos un año muy bueno en el que pudimos mostrar cualidades de tocar, visión de juego y todo eso. Pude destacar y debutar al final de año. En el salto al primer equipo sí que quizá se dio ese cambio entre juvenil, División de Honor, y lo que te encuentras en el fútbol digamos de verdad.

Y ahí hay que apretar.

Charlie: Sí y no. En el Castellón pasa una cosa. El club, a nivel de cantera, suele competir en las categorías inferiores más potentes, y al haber equipos muy fuertes no suele ser capaz de disputar el balón, así que hay que trabajar. Yo lo de ser protagonista y discutir la posesión a Villarreal, Valencia, Levante? solo lo he vivido con Jorge Peris de entrenador. Y en el primer equipo prácticamente también, y al final hasta Jorge se echó atrás. Ahora Calderé quiere tener el balón y es algo que cuesta, porque no es lo habitual en estas categorías, los jugadores no están acostumbrados. Peris por ejemplo recogió un equipo, un bloque, que tenía interiorizado todo lo contrario. Jordi lo sabrá. Jordi: Pedro Fernández Cuesta era más de no complicarse en la salida, pero una vez en la segunda jugada cuando la tenías intentabas combinar. No es fácil salir con el balón jugado, es algo que lleva trabajo y tiempo, y en el Castellón no sueles tener ese margen de tiempo. Con el juvenil de Sergio Navarro queríamos eso sí o sí. Y empezamos mal, perdiendo balones, liándola atrás? Pero el entrenador confió en ello e insistió, y nosotros también y terminó bien. Si un entrenador defiende una idea hay que ir con ella a muerte.

Sobre todo si te da confianza.

Jordi: Eso es básico. Hay entrenadores que no confían en ti por mucho que corras o por mucha calidad que tengas. Hasta que no te dan confianza no puedes demostrar lo que eres. A Charlie le pasó eso, hasta que llego Calderé, le dio cuatro partidos seguidos y él respondió. Charlie: A mí lo que me había pasado es que muchos entrenadores me decían que sí, eres muy bueno y tal, pero luego no me daban partidos. Hasta que no llega uno, en mi caso Calderé, y te da confianza no te sientes importante. A partir de ahí incluso los compañeros te empiezan a respetar y la gente te empieza valorar de otra manera. Va todo unido. Jordi: El proceso es complicado y nunca sabes qué es lo mejor. Yo debuté muy joven y el siguiente año fue muy complicado por las lesiones. Además la situación del club se convirtió en una pesadilla. En Tercera llegó Javi Cabello y yo no le gusté por lo que fuera.

¿Te molestó no tener minutos hasta que se marcharon los de fuera?

Jordi: Da rabia, claro, por cómo entrenas y ves que no tienes recompensa, pero ese respeto del que habla Charlie siempre lo sentí. Sobre todo del entorno cercano del club, de mis compañeros, quizá porque me conocían de antes. Me eligieron capitán. Cuando esa temporada marqué mi primer gol en Castalia noté que mucha gente se alegraba por mí. En ese sentido, creo que los dos somos más de ganarnos el respeto jugando que hablando.

Vi que enlazabas el otro día un texto bastante crítico con los representantes de jugadores.

Jordi: Yo ahora no tengo. Después de tener dos agentes, que me llevo muy bien con ellos por cierto, pero no creo que me hayan ayudado en mi carrera y decidí cortar con todo eso. Tuve representante desde cadete y con los años pienso que fue un error. Pueden ser útiles a ciertos niveles pero cobrar el 10 % de 700 euros me parece robar. Charlie: Te aprietan para moverte, eso es verdad, y a lo mejor estando en el mismo sitio puedes progresar igual que fuera de casa. Y por cuatro duros no vale la pena salir. Jordi: Que a lo mejor hay representantes muy buenos por ahí, ojo, pero yo no los conozco. Creo que algunos se aprovechan. Pagué la novatada de firmar con dos, pero aquí en Tercera y en Segunda B te puedes buscar la vida sin ellos. De hecho yo al Olímpic me voy por mi compañero Pau Franch y al Castellón he vuelto sin agente.

¿Ser futbolista es como pensabais de pequeños que era?

Jordi: No sé, de pequeño jugaba con mi padre y mi hermano en Vila-real, o en Benlloch en verano, en el pueblo de mi abuela, y estabas en el Villarreal y eso pero tampoco pensabas mucho. Charlie: Mi hermano José es el bueno. Está en el Almazora. Mientras yo estaba en el Esportiu con mis amigos y el Castellón me rechazaba en una prueba, él estaba en el Villarreal y llegó al Juvenil. Es extremo: rápido, habilidoso... Todo lo contrario que yo... Respecto a la pregunta, yo es que no me considero futbolista. No al menos lo que la gente entiende por futbolista. Jordi: Dedicarte al fútbol tiene sus cosas malas. Más allá del dinero, que sabemos que no nos haremos ricos, es lo de menos eso, pero tiene sus cosas malas. Yo prefiero fijarme en las buenas. En las que me ofrece el Castellón ahora. He estado dos años en Xàtiva en una categoría superior y sin presión y estás tranquilo, pero aquí es otra cosa. Yo prefiero esto, la presión, la responsabilidad. Somos unos privilegiados por jugar en el Castellón ante tanta gente, aunque sea Tercera. Eso es lo bonito del fútbol. Luego hay malos ratos, por supuesto, cuando no juegas, cuando te lesionas, pero esos los pasas en casa con tu familia. Charlie: Es que hay cosas que no se ven. No quiero quejarme, porque como dice Jordi somos unos privilegiados por jugar en el Castellón, pero la rutina es sacrificada. Esto no es solo el día del partido, está el día a día. Ahora es verano y todos tus amigos están de fiesta, por ejemplo, y tú madrugas y vienes aquí a dobles o triples sesiones. Sacrificas una parte de tu juventud pero si te gusta el fútbol por supuesto que luego recompensa, y más en este club y en este estadio. Jordi: A Charlie lo que le pasa es que cumplió años el otro día y no pudo celebrarlo. Charlie: No, en serio. El Castellón es un club que te exige mucho pero también te da mucho. No sé si tú desde Xàtiva lo veías así también. Jordi: Sí, es algo que valoras cuando te vas, cuando no estás. Un buen partido aquí pesa más que el mismo partido en otros sitios. Es un club con más repercusión a todos los niveles. A mí me apetecía volver además porque este año hay un objetivo claro: subir. Y eso por una parte carga de presión pero por otra es un acicate tremendo. Puede ser un año muy bonito. Charlie: Aquí juegas por la posibilidad de hacer algo grande. Jordi: Sí. Y sabemos a lo que venimos y trabajaremos por ello.

Charlie, decía Jordi antes que sois más de jugar que de hablar. Sois bastante tímidos fuera del campo, o esa fama tenéis, pero dentro sois futbolistas de mucha personalidad.

Charlie: Cada uno tiene su manera de ser y no tiene por qué coincidir la de fuera del campo con la de dentro. Desde pequeño soy así y no voy a cambiar, me da lo mismo, siempre he tenido esta personalidad. Fuera me dicen que soy callado, pero en el campo jugando a fútbol es donde estoy cómodo para expresarme.

Si Jordi tuvo que esperar la huida de los veteranos para ser importante, Calderé apostó por ti por delante de gente que cobraba más, con más experiencia...

Charlie: Le estoy agradecido, contento por ello. Peris aparte, Calderé ha sido el entrenador que me ha dado continuidad y eso es de valorar.

Tenéis una relación curiosa, porque también te lanza dardos en ruedas de prensa.

Charlie: Es verdad eso, pero pienso que si lo hace es porque cree que puedo dar más de sí, hacerlo mejor.

Este año sois competencia directa como organizadores.

Charlie: Eso parece. Castells como pivote para el míster creo que es fijo y también está Quirant ahí. Luego hay un puesto al lado para los dos. Jordi: Somos competencia pero creo que somos compatibles. Charlie: En el medio los dos será difícil, pero dentro del campo en otras posiciones igual sí. Un futbolista siempre quiere jugar. Yo lo solía hacer más arriba pero ahora en el Castellón de mediapunta es imposible. Ya llevo un año en el centro del campo y estoy cómodo. Fue Ramón Moya quien me retrasó. Me cogió un día y me dijo claramente que si quería ser futbolista, si quería ganar algo de dinero con esto, tendría que ser mediocentro, que me olvidara de mediapuntitas y de mierdas. Jordi: Yo es una posición que conozco, aunque en los últimos años he jugado más de mediapunta o en banda. A base de entrenar y de jugar no creo que me cueste mucho. Aquí en Castalia sí creo que podemos salir los dos en el medio. La temporada es larga, nunca se sabe. A mí me gusta jugar con los que quieren tener el balón, los que te hacen mejor a ti y al equipo y Charlie es uno de esos. Y además tiene clase, así disfrutas jugando. Charlie: Gracias, hombre. Jordi tiene mucha calidad. No todos ven el pase fácil, el espacio... Él lo ve.

Charlie, si te digo «Linares» o «Haro», ¿qué piensas?

Charlie: Uf, prefiero no pensarlo. Con el Haro sobre todo es verdad que éramos superiores pero en el campo pasaron ellos. Marcamos tres goles pero fallamos demasiado, y concedimos atrás. Es doloroso recordar. Fue una decepción enorme para todos: el club, el vestuario y evidentemente la afición. Era la primera promoción de mi vida y no sabía cómo iba a responder. Primero te quedas casi paralizado por los ambientes. Es impresionante. Es lo que sueñas desde pequeño. Vives para jugar partidos así. Fue una pena, pero estamos aquí para ir a otra ciudad y que al escuchar ese nombre los recuerdos sean buenos porque hayamos subido.

Tú lo viste desde la grada, Jordi.

Jordi: Sí, vi los dos partidos de Castalia. El Linares, sobre todo la primera parte, fue mejor, pero aún así, sin jugar del todo bien, hubo ocasión de ganar la eliminatoria. Contra el Haro me pareció que el equipo no llegó bien físicamente.

Jugaste un play-off en 2013.

Jordi: Lo jugamos con menos presión que la que imagino que ellos soportaron. Aquel año nadie pensaba que llegaríamos al play-off y era diferente, aunque una vez ahí también se notaba exigencia para subir. Fue especial jugar en un Castalia así. Lo intentamos y creo que estuvimos cerca de eliminar al Córdoba B. Toda la gente que se desplazó al partido de vuelta pese a no haber autobuses disponibles nos motivó aún más, y competimos bien. Tuvimos la segunda parte de Castalia y la primera en El Arcángel para tomar ventaja, pero no pudo ser. Son experiencias que nunca se olvidan.