Una familia de turistas francesa de Castelló acude a almorzar desde hace 20 años al bar Las Tres Banderas, toda una institución en la zona del Camí la Plana, con 150 años de historia. El Rey Juan Carlos I se acercó al lugar hace 16 años en una visita en Castelló con motivo de unas regatas. El carajillo, carne a la brasa, caracoles o bacalao «apañao» hacen las delicias de los comensales.

Marjaleros, graueros, trabajadores y pensionistas se sientan de forma habitual en alguna de las mesas de su amplia terraza. La cocina es casera y los alimentos son frescos y del mercado. Destaca sus brasa, en de la que se pueden degustar platos o entrepanes de panceta, longanizas, lomo o chuleta. Un almuerzo de cinco euros engloba un quinto, un platito de aceitunas rotas y un bocadillo.

En verano, la afluencia crece por el turismo. A los tradicionales parroquianos se unen turistas llegados de Francia o Alemania. Cristina Escuder, propietaria del local, recuerda el paso del Juan Carlos I, quien llegó a jugar, rememora, una partida de cartas.

Además de la parrilla, son conocidas sus tapas de anchoas y boquerón caseros, chipirones, gambas al ajillo, caracoles y bacalao «apañao» (desmigado con pimentón y aceitunas y cebolla picadas). Vicente, marido de Cristina y gerente de las Tres Banderas, subraya que todo el producto es del día. También se traen anguilas. Antiguamente se pescaban en las acequias de alrededor de la Marjaleria, pero en los últimos años provienen del mercado.

Para comer, el menú ofrece especialidades de arroces, pollo y conejo al ajillo y una variedad de carnes a la parrilla.

Las Tres Banderas nació hace siglo y medio en su actual ubicación. Lo hizo como fonda, con techumbre de cañizo y tableros de madera, según las historia oral que ha llegado hasta nuestros días. Ahora es un bar típico, con un interior y exterior espaciosos. Tres veletas en lo alto de la finca rinden honor a su nombre.

En el recuerdo, además de la visita del Rey Juan Carlos I, se resalta también la visita de concursantes de Gran Hermano y las cantantes las Grecas, entre otros. Un grupo de vecinos de la Marjaleria observan la entrevista de este diario y hacen broma con el gerente, un aragonés asentado en Castelló. Sus suegros adquirieron las Tres Banderas hace 50 años. Entonces llevaba un siglo en marcha. Y al igual que en ese momento, es un referente del marjal.