Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«No creo en los movimientos asamblearios, son poco pragmáticos»

«No creo en los movimientos asamblearios, son poco pragmáticos»

Ferran Sanchís (1935, capital de la Plana) es un libro abierto sobre la historia y las tradiciones de Castelló y provincia. Está ligado a la Fundació Huguet desde sus orígenes, donde ha trabajado a favor de la cultura valenciana. También ha colaborado con el Centre Excursionista. Cada verano organiza en su Mas de la Banyadera una comida en recuerdo de esta asociación. Entre los asistentes suelen acudir Guillem Badenes, Pilar Fabregat, Vicent Aparici, Joan Antoni Viciano y Guillermo Palomo.

¿Cómo pudo nacer una fundación valencianista en pleno franquismo?

El franquismo tuvo evoluciones y a partir de los años 50 quiso ofrecer una imagen de cierta tolerancia al exterior. En1955 en Valencia se organizó una exposición del diccionario valenciano-catalán que en estos momentos sería impensable. Fue durante la transición democrática cuando en Valencia aparecieron movimientos extraños cimentados por no sé muy bien quién.

¿La dictadura hizo la vista gorda con el valenciano?

Hacía la vista gorda siempre que el valenciano tuviera una trascendencia minoritaria. En la escuela no se enseñaba, pero para dar una imagen de tolerancia las autoridades colaboraban en la promoción del valenciano. Por ejemplo, en los años 50, el alcalde de Castelló, José Ferrer Forns (abuelo del exprimer edil del PP, José Luis Gimeno) participó en una conferencia sobre el valenciano.

También se permitió el regreso de intelectuales exiliados como el propio Gaetà Huguet?

Volvió a Castelló en los años 50. Podía haber regresado antes, pero había un familiar que le advertía que no viniera porque lo pasaría mal. En su vuelta influyó Ignasi Villalonga.

Continuando con el exilio, ¿qué supuso para Castelló la marcha forzada de gente de la cultura y la ciencia tras la Guerra Civil?

El propio Azorín destacaba la intelectualidad del País Valencià, eso se perdió. En Castelló, en las primeras décadas del siglo XX había una burguesía dinámica y emprendedora, y tras la Guerra hubo un retroceso. No obstante, el primer ayuntamiento del franquismo lo constituyó gente de la Castellonenca de la Cultura (parte de sus integrantes impulsaron las Normes de Castelló, compendio lingüístico que consagraba la unidad del valenciano y el catalán).

Subraya que en el franquismo no se cuestionó la unidad lingüística, ¿por qué surge en la transición la conocida como batalla de Valencia?

Surgió en Valencia. En Castelló no llegó nada, porque la derecha de aquí tenía las ideas claras. El propio Carlos Fabra enseñó en una entrevista una gramática de Pompeu Fabra. El poder de la derecha sobre Fabra influye para que en Castelló no se extienda la batalla de Valencia.

¿Pero por qué es residual esta polémica en Castelló?

Castelló y sus pueblos han estado más ligados a Barcelona que a Valencia. Un ejemplo, el 90 % de la población de Vistabella tiene relación con Barcelona y sólo dos o tres familias con Valencia.

¿Por qué José Luis Gimeno se posicionó a favor del «blaverismo»?

Fue un caso personal, ni su padre ni abuelo pensaron como él.

¿Cómo vivió la transición?Usted se presentó por Esquerra Independiente en las municipales de 1979...

Esquerra me invito a formar parte de su candidatura, di mi apoyo con mi nombre pero no participé. Estaba de acuerdo con sus principios, pero no en la forma de llevarlos. No creo en los movimientos asamblearios, son poco pragmáticos.

Con el retorno de la izquierda a la Generalitat, ¿regurgitará el conflicto lingüístico?

Lo intentarán por lo menos en Valencia. En la provincia de Castelló no tendrá trascendencia y en Valencia creo que no ocurrirá los mismo que en 1979. Muy mal se tendrían que hacer las cosas para que volviera de nuevo la batalla de Valencia.

Compartir el artículo

stats