La asociación de «paranyers» Apaval planea ampliar su demanda judicial contra la Generalitat Valenciana si elude valorar sus informes técnicos. El colectivo intenta demostrar en estos documentos que la caza del «parany» es selectiva y no masiva.
Apaval está pendiente de la celebración del juicio por la causa que tiene abierta contra la Conselleria de Medio Ambiente por la falta de respuesta autonómica ante los estudios científicos que el colectivo de «paranyers» lleva presentando desde el año 2007. En éstos defiende esta práctica mediante argumentos que, según afirman, está avalados por algunos expertos internacionales.
Ahora está, incluso, dispuesto a emprender muevas acciones legales ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana «si el nuevo Consell continúa sin valorar los documentos y darnos una respuesta. El silencio administrativo ya no vale». Así lo anunció ayer el presidente de la entidad, Miguel Ángel Bayarri, quien se mostró «harto de que nadie, sea del color político que sea, quiera conocer la realidad pura y dura del parany ni destapar los estudios», cosa que dijo «parece que no les interese hacer», lamentó.
La caza del «parany», que sus aficionados consideran que es una práctica tradicional de la provincia de Castelló, sigue sin solución y es, precisamente, su regularización lo que persigue la asociación. «Mi guerra está en luchar porque no seamos paranyers de segunda», señaló. «Aquí hablas del parany y parece que tenga la lepra, pero es una práctica perfectamente posible y en la que utilizamos adhesivos como pueda haber en otros lugares», indicó.
Modelo francés o italiano
Seguir el modelo francés o italiano es una de las opciones que les gustaría alcanzar. Asimismo, Bayarri, quien subrayó que los informes científicos que han encargado también se han enviado al ministerio, tildó la vía judicial como un camino «al que no tenemos más remedio que acudir». A nivel estatal, tampoco han obtenido ninguna respuesta.
Además de que no se legaliza, las presiones sociales y de los grupos ecologistas son otro de los puntos que han ido deteriorando esta práctica y hacen que «los aficionados, sobre todo los jóvenes, se vayan desencantando». Los detractores del parany cuestionan que se trate de un método de caza selectivo.
PP y PSPV, con el «parany»
En el plano político, el alcalde de Vila-real, el socialista José Benlloch, siempre ha mostrado su apoyo al parany y, al igual que el propio colectivo, siempre vio en los estudios científicos una «oportunidad para demostrar la inocencia del parany» Compromís y Esquerra Unida son las formaciones que se han manifestado en contra de permitir que el parany sea una práctica legal.
La legislación europea y española impiden este tipo de caza al entender que es un método de captura masivo. El Consell del PP intentó legalizar este método a través de una nueva ley autonómica de caza, pero el Tribunal Constitucional anuló el apartado que regulaba el «parany» por contravenir la normativa estatal.
Desde 2010 esta práctica está tipificada como delito y las denuncias se suceden año tras años. Sin embargo, los aficionados mantiene su «tradición» y sobrevive en los pueblos de Castelló.
Apaval quiere convencer a las autoridades que es un sistema no selectivo, una circunstancia que podría legalizarlo si lo asumieran Bruselas y Madrid.
