La conexión aérea entre Castelló e Inglaterra ya es una realidad. El primer vuelo de Ryanair procedente de Londres aterrizó ayer en Vilanova y esta tarde hará lo propio el de Bristol. La evolución de estas dos rutas -que prevén generar 61.000 pasajeros anuales y un impacto económico de 30 millones de euros-determinará la apertura de nuevos enlaces de Ryanair con el Reino Unido y el norte de Europa. De forma paralela, la concesionaria del aeropuerto, SNC-Lavalin, negocia con otras aerolíneas.
El primer vuelo regular llegó cuatro años y medio después de la esperpéntica inauguración de la base y nueve meses después de su apertura al tráfico. Una vez más, la expectación fue máxima. A las 10.25 horas, 15 minutos antes de lo previsto, tomó tierra el Boeing 737 de Ryanair procedente de Londres Stansted con 188 pasajeros a bordo sobre una capacidad de 189. Dos camiones de bomberos salieron a su encuentro y trazaron con los cañones de agua un arco sobre la aeronave para bautizar la ruta.
Desde Ryanair manifestaron su satisfacción con la elevada ocupación de sus dos nuevas conexiones castellonenses, aunque la de Bristol es inferior a la de Londres. En declaraciones a este diario, el responsable de ventas y marketing de la aerolínea en España, José Espartero, detalló que la marcha de estas rutas determinará el incremento de frecuencias y la apertura de nuevas. Sobre la creación futura de destinos, aseveró que el mercado británico «es una garantía de éxito para Castelló», de ahí la posibilidad de crecimiento, y también planteó la opción de enlazar con el norte de Europa.
Las conexiones de Londres y Bristol prevén mover 60.000 pasajeros al año (son 30.00o personas, pero computan doble porque entran y salen) y generar un impacto económico de 30 millones de euros. La de Londres operará todo el año tres días por semana, mientras que la de Bristol, que vuela dos veces por semana, sólo lo hará de marzo a octubre.
Ryanair por sí sola aportará la mitad de los 120.000 pasajeros previstos el próximo año en el aeropuerto. José Espartero aseveró que el compromiso de su compañía con Castelló «es real» y descartó que se vaya a convertirse en el aeropuerto barato de Valencia. Por su parte, los representantes de la concesionaria explicaron que prosiguen las negociaciones con otras compañías, aunque no desvelaron ningún otro acuerdo.
Después de que el Consell haya puesto en cuestión la razón de ser de la infraestructura, el presidente de la diputación, Javier Moliner, salió en su defensa para justificar que cubre el hueco de 200 kilómetros entre los aeropuertos de Reus y Manises. Según dijo, permitirá a los empresarios turísticos de Castelló competir en igualdad de condiciones con otros territorios. Moliner incidió en que el turismo extranjero apenas representa el 14 % del turismo provincial, mientras que en zonas limítrofes alcanza el 30 %. Un desequilibrio que el aeropuerto pretende corregir.
Transformar los chistes en turistas
La sombra de Carlos Fabra, impulsor del aeropuerto, planeó sobre el acto de ayer. Moliner rehuyó referirse a su predecesor en la diputación y señaló que la historia del aeropuerto «está sobradamente contada». Según dijo, la institución que preside trabaja para transformar «los chistes en turistas».
Por su parte, el secretario autonómico de Turismo y presidente de Aerocas, Francesc Colomer, manifestó que si algún miembro del Consell expresa dudas sobre el aeropuerto «hay que respetarlo, pero lo importante es que sirva al sector turístico». Respecto a Carlos Fabra, Colomer se limitó a señalar que «cuanto tenía que decirle se lo dije en vivo y en directo», y le deseó «recuerdos y que tenga mucha salud».
