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Almorzar en el Caribe sin cruzar el charco

Ubicado en la antigua N-340, el establecimiento abre a las 6 de la mañana 'Sangueta', riñones, manitas de cerdo y hasta 14 tortillas diferentes son su marca

GRAN AMBIENTE A DIARIO en el Caribe.José María García, sirviendo una de las tapas». La terraza, animada cada mañana.El bar Caribe se encuentra en la vieja N-340, hoy denominada avenida Castell Vell. Los socios y los trabajadores —prácticamente una familia—, junto al enorme surtido de manjares preparados para servir.

El Caribe está en la Plana, al lado de su casa, pero no espere coco loco, ni piña colada, ni arena fina donde tumbarse. El Caribe es un paraíso, pero de las tapas, del almuerzo con mayúsculas. Todo el mundo debería ir alguna vez al Caribe, pero al de la antigua N-340, al bar que lleva más de medio siglo deleitando a los vecinos de Castellón y de toda la provincia. Si es usted una de las personas que no se ha dejado caer por el local, no sabe lo que se pierde.

Sobrevivir más de medio siglo no es fácil, resistir el impacto económico que supuso el bloqueo de los accesos por las obras del soterramiento de la vía es un logro, y dar la cara en plena crisis y hacer frente al desvío de la N-340, un milagro. Pero todo ello ha sido posible gracias al esfuerzo de las seis personas -tres socios y otros tantos trabajadores- que se turnan para mantener el local abierto y la cocina a tope. No da cenas, su filosofía son los almuerzos y las comidas, cierra los festivos... pero es capaz de mantenerse entre los bares emblemáticos de toda la provincia.

La persiana se abre al amparo de la luna, a las 6 de la mañana, y cierra a las 8 de la tarde. Su ubicación en la entrada a la ciudad, cerca del Hospital General y de un animado polígono industrial, hacen que los vecinos de la capital, pero también de los pueblos, hagan parada en el Caribe. José María García, Tomás Escrig y Máximo Nieves son los socios que han tomado el relevo de un de sus fundadores, Tomás Escrig Belenguer. Nadie sabe el porqué de su exótico nombre, ni siquiera sus propios fundadores ni tampoco de sus actuales socios, José María García, que empezó a trabajar con 14 años y lleva hoy más de 40 en el local.

La 'hora feliz' del local comienza a las 9.30 horas, con una exposición de más de 40 tapas, una selección de hasta 14 tortillas diferentes y especialidades como la 'sangueta', los riñones, las manitas de cerdo, pulpo y toda clase de bocadillos. Y par rematar, uno de los mejores carajillos que uno se puede tomar el Castelló. Las palabras siempre se quedarán cortas para transmitir todo lo que se ofrece al cliente a un precio razonable. Si quiere saber qué se siente en el Caribe, el paraíso lo tiene en el número 58 de la avenida Castell Vell.

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