El histórico debate entre fascistas y rojos, así como el recuerdo de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista, lejos de desaparecer sigue siendo recurrente, si no por el recuerdo vivido, sí por los sentimientos que genera identificarse con uno de los bandos, lo cual sigue propiciando encendidos enfrentamientos políticos, como está sucediendo estos días en la Vall d'Uixó, a raíz de la decisión de la Conselleria de Educación de retirar el escudo franquista que presidía la entrada principal del IES Botànic Cavanilles.

El día en que se produjo esa retirada ya se pudieron encontrar opiniones para todos los gustos y de todas las tendencias políticas, aunque tal vez la más polémica fue la del presidente de NN GG del PP en la ciudad, Carles García Fas, que aunque comenzó afirmando que «en ningún momento he defendido ni defenderé un régimen totalitario como fue el franquismo», a continuación señaló que «no podemos dejar de obviar que la idiosincrasia de la Vall d'Uixó, tal y como la conocemos hoy, se debe en gran parte a los años del gobierno franquista».

En otro párrafo escribió: «No podemos olvidar que el franquismo fue uno de los agentes que hizo grande nuestra ciudad con la conocida Fábrica Segarra». Para García, hacer desaparecer el escudo es «borrar parte de la historia de la fábrica y de los miles de trabajadores que formaron una vida en nuestro pueblo gracias a ella» y criticó que se apele a la memoria histórica cuando «nos quitan parte de ella».

Este comentario, que es más amplio, llevó ayer a la agrupación Joves Socialistes a exigir a NN GG la «expulsión de otro dirigente por apología fascista», haciendo referencia a lo acontecido en el año 2013, cuando ya se solicitó algo similar tras aparecer unas imágenes de miembros de esta agrupación juvenil con banderas franquistas y neonazis. Según el secretario general de Joves Socialistes y diputado autonómico, José Muñoz, las declaraciones de Carles García Fas «evidencian la ausencia del mínimo respeto por los valores de la democracia y la memoria histórica de este país». En unas duras declaraciones, Muñoz consideró la publicación de García «un insulto a los hombres y mujeres fusilados y represaliados por el franquismo por defender la legalidad, la igualdad y la libertad republicanas».

En contrapunto, desde el Partido Popular de la Vall se mantienen los argumentos que algunos de sus portavoces expusieron desde el primer momento. De hecho, su presidente local, Óscar Clavell, señaló que «en primer lugar, tendrían que haberse leído el comentario íntegro, que es evidente que no han hecho, para después poder criticarlo», pero además reforzó la afirmación de su compañero de partido al asegurar que «la vinculación que hace entre el franquismo y la historia local es objetivamente la que es», aunque después, desde un punto de vista ideológico, «pueda ser discutible».

Clavell defendió que la historia «debe conocerse totalmente y no de manera parcial», por lo que considera que «no debería destruirse ningún elemento que nos recuerde esa historia». En este sentido, desde el PP consideran que no tienen que defenderse, porque el comentario del presidente de NN GG no fue apología, sino una «descripción de unos hechos históricos».