La Concejalía de Salud Pública del Ayuntamiento de Castelló ya se ha puesto en contacto con los vecinos del barrio Sensal para poder solucionar el conflicto suscitado por el uso de la zona de esparcimiento canino, donde se ha creado una división entre perros grandes y pequeños. Según han informado fuentes del consistorio, la concejalía competente «ha recogido las impresiones de vecinos y asociaciones sobre esta zona de esparcimiento canino y, ahora, va a estudiar la información recogida de estos contactos y se buscará con los técnicos una solución».

De esta manera, el consistorio asegura que se buscará una solución, conjuntamente con los técnicos, para evitar nuevos casos de conflictividad entre los propietarios de los canes que hace uso de esta zona.

Lo cierto es que el malestar se arrastra desde hace meses ya que, según explicaron algunos afectados, la zona de esparcimiento canino „una explanada vallada donde se pueden dejar a los animales sueltos„ se dividió en dos partes, a raíz de una ampliación. El problema estriba en que, dicha ampliación no fue tal y lo que se hizo es otra zona canina contigua y separada por una valla, que algunos usuarios suelen romper con asiduidad. Así, actualmente, hay una explanada con césped „que está siendo utilizada por los dueños de perros pequeños„ y otra, la antigua, „de la que hacen uso los perros grandes„. Y todo, pese a que la ordenanza municipal no hace distinción del tamaño del animal para el uso de estas zonas.

La Asociación de Vecinos con Mascota (Avecma) de Castelló también manifestó su intención de convocar una reunión para intentar media entre los usuarios de la zona e intentar alcanzar una solución. Mientras, los vecinos han impulsado una recogida de firmas para pedirle al consistorio «que se amplie el primer recinto como se solicitó candidaturas atrás para que dejen de haber discusiones vecinales sobre qué tipo de perros debe haber en cada recinto».

Los vecinos se quejan de que «han hecho una zona paralela de menor tamaño y sin ningún tipo de acondicionamiento (ni papeleras), lo que ha causado que los vecinos dividan a los canes en ambos recintos y haya un descontento por parte de algunas personas que creyeron que sería solo para un tamaño concreto de animales».

Toda esta situación lleva meses ocasionando malestar en la zona donde se han producido varios destrozos como la rotura de la puerta del primer recinto, la rotura de la valla y enfrentamientos entre los vecinos.