Con cuatro victorias consecutivas, cinco triunfos en los últimos seis partidos y en el balcón de la promoción de ascenso, a lo del Castellón ya se le puede llamar remontada. En el proceso, el albinegro ha pasado de ser un equipo de autor, que condicionaba su plan a la figura de Rubén Suárez, a ser un proyecto colectivo. El cambio de registro se ha hecho palpable desde la llegada de Kiko Ramírez al banquillo. El entrenador albinegro ha priorizado el bloque por encima de cualquier individualidad. Y a través de esa fuerza del grupo, y de su trabajo, ha emergido la personalidad y el talento de cada cual. Jóvenes como Marenyà, Meseguer o Pruden han dado un paso adelante en cuestiones de efectividad y liderazgo.

En los seis partidos con Kiko, Meseguer ha marcado cuatro goles y repartidos dos asistencias, y acumula la mayoría de minutos como mediapunta. En su escolta se ha consolidado Marenyà, como pareja de Castells. Marcó en Torrevieja en el debut de Kiko y asistió por partida doble el domingo en el triunfo de Benigànim que por ahora culmina la racha. Con dos goles y tres asistencias en este tramo del curso, el extremo Pruden también ha alzado la mano cuando más voluntarios se necesitaban.

Reacción

Nadie lo dijo en público, pero la reducción exagerada de la valía del Castellón a lo que pudiera realizar Rubén Suárez, ahora en el Torrevieja, dolió en el orgullo del vestuario orellut. Sin ir más lejos, el Castellón de la temporada pasada logró una media de puntos superior sin Rubén Suárez que con Rubén Suárez en el campo.

Tras la escabrosa destitución de Ramón María Calderé, el escenario exigía una reacción y el grupo lamió heridas y creyó en los métodos renovados de Kiko. Con independencia de las críticas, la plantilla siguió el camino que señaló el entrenador.

Al contrario que Calderé el año pasado, Kiko no ha tenido refuerzos de relumbrón para revertir la situación en la tabla. Han regresado los cedidos Dani Pujol y Borja Gracia, pero la racha se explica más por lo declarado el día de su presentación: «Soy un entrenador que saca rendimiento a lo que hay. Lo primero es conocer a los jugadores que tengo porque creo que están rindiendo por debajo de sus posibilidades».

«Hay mucho margen de mejora», dijo Kiko aquella mañana de octubre y lo repitió el domingo tras sumar 15 puntos de 18 posibles. Sus frases suenan hoy a profecía: «Mi función es hacer un bloque trabajador y comprometido, que salga a competir y a darlo todo siempre. Un bloque que trabaje, y luego que se suelten y se liberen, y exploten su calidad». Desde la teoría está llegando a la práctica.