El árbol de Navidad ¿natural o artificial? Es un dilema habitual por estas fechas, en cuya respuesta intervienen factores de comodidad, económicos o de conciencia ecológica.
El abeto de plástico se ha extendido a la mayoría de hogares por su precio y perdurabilidad. Hubo un tiempo, incluso, en que se invocaron a favor de esta opción razones de sostenibilidad, alegando que evitaba talas en bosques. Sin embargo, este último argumento parece superado, ya que existen plantaciones destinadas de forma específica a los abetos de Navidad.
La ventaja de los árboles naturales es que se pueden volver a plantar. El portavoz del grupo conservacionista Gecen, Francisco González, se decanta por esta opción, «siempre y cuando disponga de un certificado de extracción sostenible». Según asegura, el abeto de plástico implica la emisión de CO2 durante el proceso de producción, además de generar un residuo que tarda siglos en degradarse. Recalca que existe la opción del árbol con material reciclado.
Si la elección es un ejemplar natural, es recomendable uno con raíces para poder trasplantarlo una vez finalizadas las fiestas navideñas. Aún así, algunas asociaciones ecologistas vienen advirtiendo de que el porcentaje de supervivencia es muy bajo. Al respecto, el portavoz de Gecen subraya que el problema «es que se comercializan especies que no son autóctonas, por lo que es difícil que puedan sobrevivir». De ahí que abogue por utilizar variedades aclimatadas.También cree conveniente que los ayuntamientos desarrollen campañas de recogida de árboles de Navidad para emplazarlos en parques. En esta línea, el Ayuntamiento de Castelló ha instalado jardines navideños en todos los distritos de la ciudad. Constan de especies vegetales diversas, tales como olivos, coníferas, bambú, ficus y arbustos, que se complementan con los típicos adornos navideños. Todas las plantas que forman parte de estos jardines sostenibles se replantarán después de las fiestas en diferentes puntos de la capital.
