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El calor merma la producción citrícola y adelanta variedades de clementinas de febrero

Las altas temperaturas han acelerado la maduración y puede nafectar a la cotización Preocupación en Fepac por las hortalizas en la zona norte

«Collidors» en plena campaña citrícola en un huerto del término municipal de Castelló. acf

El problema no es la falta de lluvia, sino el calor. La sonrisa que ofrecen estos días desde el sector turístico costero, o desde la propia ciudadanía, por estas temperaturas que rozan, en plena Nochebuena, los 20 grados en la provincia son motivo de seria preocupación en el sector agrícola y ganadero. El invierno debe venir acompañado por el frío para proteger los productos de temporada, y de momento ni está, ni se le espera.

Doménec Nàcher, secretario técnico de la Federación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Castelló (Fepac), no oculta la «preocupación» por los efectos negativos que está provocando unas temperaturas más altas de lo deseado, tanto en las hortalizas como en los cítricos.

La primera voz de alarma la han dado los productores de una hortaliza tan preciada como la alcachofa de Benicarló. «La ausencia de frío ocasiona que no se cierre como toca y eso puede incidir en la calidad y en una más que probable merma productiva» de una hortaliza con denominación de origen. Benicarló está sufriendo las consecuencias, pero también Torreblanca, Alcalà de Xivert y Vinaròs. Las miradas también se dirigen a la huerta del sur de la provincia, en especial en La Llosa, Xilxes o Almenara, que siguen esperando que el mercurio baje.

Entre las propuestas para paliar la situación de cara al futuro, Doménec Nàcher avanza que «ya estamos trabajando en buscar alternativas que ayuden a los productores, como es plantear una rebaja en los módulos del IRPF».

Floración

Tampoco andan muy contentos en el sector citrícola, que ya sufrió unas «ponentadas» la pasada primavera que alteraron la floración, y que ahora vuelve a verse atacado por el calor. Temperaturas que rozan los 20 grados diarios provocan, según explica Doménec Nàcher, «una aceleración inusual de la campaña citrícola, lo que supone una merma productiva».

Según explica, «las clementinas han madurado más deprisa de lo recomendable, a una velocidad realmente preocupante, y la campaña va a toda pastilla». Además, la producción baja, «por lo que las cotizaciones pueden verse afectadas». Junto a ello, desde Fepac destacan que «es tal la alteración de la campaña que ya se están recolectando variedades que lo normal es que estén listas a finales de enero o principios de febrero, y eso, como es lógico, no es bueno».

Al margen del calor, la provincia de Castelló también está pasando un largo periodo de sin lluvia, aunque de momento la situación es estable. De hecho, aunque pueda sonar extraño, los pantanos incluso están acumulando más cantidad de agua ya que siguen nutriéndose del agua que ha caído a lo largo del año. «Se puede decir que vivimos de la renta de las lluvias primaverales», señala Nàcher, a lo que hay que añadir que en invierno el consumo de agua es menor que el resto del año.

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