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Cien años de música en la Vilavella

La banda cuenta en la actualidad con 70 músicos y este año ha ganado el Certamen Provincial de Bandas de Música

Cien años de música en la Vilavella

Visitar el salón de exposiciones de la Caja Rural de la Vilavella estos días permite hacer algo que, en principio, podría parecer complicado: comprender la evolución histórica de la asociación más antigua del pueblo, la Agrupación Musical Santa Cecilia.

Lo cierto es que la banda de La Vilavella tiene más de un siglo de historia. Su fundación está datada en 1872, pero dos razones de peso motivaron que la Junta Directiva de la entidad decidiera realizar una retrospectiva fotográfica de la agrupación precisamente ahora y solo de los últimos 100 años. Por un lado, que la imagen de Santa Cecilia, 'la santeta', cumple los 100 años; y por otra parte porque la fotografía más antigua que se conserva de la entidad tiene exactamente 10 décadas, por lo que la coincidencia bien merecía darle relevancia pública.

Pero además, la entidad vive un momento dulce. Al hecho de que ha alcanzado un número de integrantes muy significativo, en la actualidad son 70 músicos, se suma el mérito de haber ganado este mismo año el Certamen Provincial de Bandas de Música, celebrado en el Auditorio de Castelló, por todo ello, el orgullo que se transmite en la exposición organizada no solo lo sienten sus integrantes, con su presidente, Joaquín Ferrandis, a la cabeza, sino también el resto de vecinos de la Vilavella, que son conscientes de que la historia de su banda narra también la historia de su municipio.

Repasando las instantáneas que integran la muestra se puede ser consciente, principalmente, de la evolución de la banda, que nació como Filarmónica de Villavieja dirigida por El tio cartero, y que ha tenido a la batuta desde entonces a un total de 9 directores, la mayoría de los cuales eran vecinos del municipio, a excepción del segundo, Enrique Martínez (Borriana) y el actual, Josep Daniel Moliner (La Vall d'Uixó). El que estuvo más tiempo en el cargo fue su predecesor, Joaquín Mechó, «que estuvo casi 40 años», según recuerda Ferrandis.

La exposición habla de los efectos que tuvo la Guerra Civil en la música. Simplemente la hizo desaparecer, como tantas otras cosas. Entre el anecdotario de este siglo de recuerdos, Joaquín Ferrandis destaca cómo tras la contienda hubo un enfrentamiento entre los «afines» al bando ganador. «El sector más duro y conservador se oponía a que los rojos entraran en la banda, mientras que los más moderados entendían que podían hacerlo siempre que no tuvieran delitos de sangre». Los más radicales impusieron su voluntad en primera instancia y «algunos músicos estuvieron tocando en la banda de Nules» hasta que el tiempo «maduró las cosas y entre los años 40 y 50 se estabilizaron las cosas y pudieron volver a la de la Vilavella».

Ferrandis también tiene un recuerdo personal al respecto. Su madre, en su momento, fue la única niña del pueblo que tocaba el oboe. Durante la Guerra abandonaron la Vilavella, donde se instalaron los republicanos, «que cuando se marcharon, entre otras cosas, se llevaron muchos instrumentos», entre ellos el de su madre, acabando así con su carrera musical.

La historia también rememora situaciones menos tensas o tristes, como la evolución de la indumentaria de los músicos, cómo se organizaban los conciertos en cada momento o cómo se participaba en la festividad de las fallas de Valencia en los años 40 o 50. Y en estas fotografías «se ven representadas muchas familias del pueblo».

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