Tau Cerámica ha atraído el intereses de numerosos fondos de inversión tanto nacionales como internacionales. El próximo martes finaliza el plazo de presentación de ofertas de compra de la azulejera castellonense, y desde la empresa se apunta que habrá una decena de propuestas.

De momento han anunciado su interés en la unidad productiva de Taulell cinco grupos inversores. Ayer confirmó su oferta Sherpa, grupo de inversión de capital español que en su web afirma que gestiona 100 millones de euros y que interviene en deuda y en capital de empresas de tamaño medio que considera que tienen un importante posicionamiento estratégico. Sherpa ya mantuvo en noviembre una primera reunión en Tau donde garantizó las condiciones expuestas por el administrador concursal, es decir, la subrogación y mantenimiento de los 143 puestos de trabajo actuales y una modernización de la maquinaria.

Según fuentes de Tau, también optarán el fondo de Inversión Indes Capital, integrado por empresarios de Madrid y Barcelona; el fondo de pensiones israelí Snel Business; la empresa valenciana Gedesco; y el fondo estadounidense Tensile Capital Management, que es además propietario de la azulejera nulense de Keraben. Desde la empresa añaden que hay una sexta oferta cuyo nombre no ha trascendido y que en los próximos cuatro días se espera que también se sumen a la subasta otras cuatro o cinco sociedades. El administrador concursal ha puesto a la venta la unidad productiva de Taulell (Tau Cerámica) al considerarla la única alternativa para garantizar su supervivencia y la permanencia de los 143 puestos de trabajo. Afirma que así se evita un cese de la actividad si las dificultades financieras se agravan. Valora la unidad productiva en 11 millones de euros -equivale al déficit patrimonial-.

Viabilidad futura

El juzgado de lo Mercantil 1 de Castelló reactivó a primeros de febrero el proceso de venta tras quedar en suspenso varios meses por cambios de titular en el mismo. El magistrado está conforme con el informe emitido por el administrador concursal, y entiende que la propia evolución del proceso judicial conducirá a «un definitivo deterioro» de la empresa «que comprometería su viabilidad, reduciría su valor en perjuicio de los acreedores e impediría el mantenimiento de los puestos de trabajo». El administrador estudiará del 22 al 27 de marzo cuál es la mejor opción.