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La Morería, punto de encuentro en Castelló

Es una vía de pequeñas dimensiones, pero ha conseguido convertirse en centro de ocio para los castellonenses que buscan gastronomía y diversión en pleno centro de la ciudad

La Morería, punto de encuentro en Castelló

Una de las zonas más frecuentadas de Castelló durante los fines de semana es la calle de la Morería, una pequeña vía peatonal que une las céntricas Alloza y Enmedio. En ella han proliferado desde hace años bares y restaurantes que atraen a centenares de clientes, ya sea para tomar una caña o un aperitivo o para cenar y luego quedarse de copas. Los parroquianos, de mediana edad fundamentalmente, abarrotan cada viernes y sábado los pocos metros de calle.

La estampa entre semana es muy distinta. La Morería es tranquila y no demasiado transitada. Aparte de los establecimientos hosteleros, hay un pequeño horno de pan y en las esquinas que limitan con la calle Enmedio se ubican un kebab y una tienda de tatuajes con un elaborado grafitti en su fachada. La calle no destaca por su estética, pero eso no ha impedido que se convierta en centro de ocio en Castelló, una vía acogedora por sus pequeñas dimensiones.

De ella nace una calle perpendicular, la del Papa Luna. Es larga y estrecha y aunque conserva el encanto de las antiguas construcciones, con grandes portones y ventanas enrejadas, el paso del tiempo y el abandono han hecho mella en las viviendas. Muchos de los inmuebles están deshabitados, lo que ha propiciado el deterioro de sus fachadas. Las pintadas afean los antiguos muros, mientras que las rejas oxidadas y las paredes desconchadas por la humedad acaban de completar la estampa del deterioro que afea esta céntrica calle de Castelló. Un solar vacío y tapiado deja una sucia muesca en el perfil que conforma la hilera de casas.

El abandono de algunas fincas contrasta con la pulcritud de otros inmuebles que han sido remodelados manteniendo la estética de lo antiguo con un toque contemporáneo. Por lo demás, la calle del Papa Luna es tranquila y únicamente transitada por residentes, ya que carece de comercios que visitar. Eso sí, a escasos metros, estalla la algarabía de la calle Colón.

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