La reserva de crédito de 50.000 euros aprobada esta semana por el pleno municipal de Almassora permitirá ejecutar el plan de accesibilidad de aceras en el entorno de la iglesia de San José, ubicada junto al Grupo Pío XII. La concejala de Urbanismo, Carmina Martinavarro, incidió ayer en la necesidad de renovar este tramo, que en la actualidad dificulta el tránsito de sillas de ruedas y carros de bebé al incumplir la normativa de accesibilidad vigente.

Esta inyección económica permitirá remodelar tramos de las calles Joaquín Gallego, San Rafael, Almirante Cervera y Batalla de Bailén. La intervención se producirá en superficie, aunque también incluirá la sustitución de tramos del suministro de agua potable para aprovechar la obra para renovar la canalización más deteriorada.

Según indicó el equipo técnico, el proyecto ya está diseñado. Se centra en la ampliación de las aceras actuales en las esquinas e incluye zonas rebajadas para el tránsito de personas con discapacidad, carros de bebé o de la compra para favorecer al peatón frente al tráfico rodado. Supone también la instalación de bolardos en los salientes para evitar el estacionamiento inadecuado que dificulta la visibilidad a los conductores y, además, incorpora pasos de peatones para garantizar su seguridad.

De esta forma, el equipo de gobierno atiende la prioridad de los vecinos que participaron en la primera edición de presupuestos participativos y que situaron la mejora de la accesibilidad de las aceras en diversas zonas de la localidad como la segunda opción más votada tras la reforma de la Escuela Taller. A pesar de que el consistorio tasó inicialmente el proyecto en 40.000 euros, finalmente ha inyectado otros 10.000 euros para que la actuación sea más ambiciosa. La accesibilidad es inexistente en estos tramos a pesar de ser una zona muy poblada y con mucha población infantil.