Castelló vivió ayer una intensa jornada en la que las palmas, palmitos y ramas de olivo fueron los protagonistas. Cientos de fieles se acercaron a las iglesias y parroquias de la capital de la Plana para participar en los actos organizados con motivo del Domingo de Ramos, el acto con el que da comienzo oficialmente la Semana Santa.

Algunos de los puntos de mayor afluencia de gente fueron la Basílica de Lledó, la Concatedral de Santa María, la Iglesia de la Sagrada Familia, la Iglesia de la Purísima Sangre, la Iglesia de San José Obrero o la Iglesia de San Pedro en el Grau. En la Basílica de Lledó, además de la eucaristía y la bendición de los ramos se celebró una procesión que, encabezada por el prior de la misma, Josep Miquel Francés, y por los cofrades de Lledó, recorrió el camino entre el Hogar de Ancianos Nuestra Señora de Lledó y la Basílica. El Obispo de la Diócesis Segorbe-Castelló también participó en una fecha tan señalada en el calendario eclesiástico siendo el encargado de la bendición y la misa en la Concatedral de Santa María.

Entre las palmas que fueron bendecidas se encontraron diseños de lo más originales. Tal es así, que además de las ramas de palma o de olivo simplemente cortadas del árbol, también se pudieron ver palmas trabajadas artesanalmente para darles forma entre las que llamaron especialmente la atención algunas de color rosa portadas por varias niñas. Además, cualquiera que fuese el diseño escogido, algunos de los más pequeños optaron por decorar ellos mismos su palma con caramelos, chocolates, chucherías o lazos.

¿Qué se conmemora?

La celebración de ayer recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén y la Pasión. Con el primero, se honra el día en el que el hijo de Dios entró triunfante a la ciudad de Jerusalén y una gran muchedumbre le esperaba con ramas de palmera y olivo, ya que habían oído de sus obras y milagros y reconocían su figura. La segunda se celebra porque este primer hito se produjo días antes de la muerte del mesías.

Asimismo, en la actualidad, las palmas y ramas de olivo bendecidas se dejan en los balcones o las entradas de las casas durante todo el año, para que la vivienda quede protegida hasta la próxima Semana Santa y el próximo Domingo de Ramos.