Al poco de asumir el mando de la alcaldía, el nuevo gobierno municipal de Castelló anunció su renuncia a recuperar los terrenos del aeródromo y mostró su apuesta por el aeroclub como «motor turístico». Garantizó la continuidad de estas instalaciones y renunció a construir una Ciudad de las Lenguas o un «resort hotelero».
Así, tiró atrás el acuerdo del ejecutivo popular de la pasada legislatura que contemplaba la recuperación por parte del consistorio de la titularidad de la superficie del aeródromo para urbanizar la zona. En febrero de 2013 se había aprobado una orden por la que el ayuntamiento asumía la titularidad de esta parcela y ordenaba al aeroclub el desalojo en cuatro meses. Castelló la había cedido en 1957 con la condición de que permaneciera como un campo de aviación civil. Los populares justificaron la «utilidad pública» de la Ciudad de las Lenguas para hacerse con el aeródromo. Sin embargo, el aeródromo llevó esta decisión a los tribunales y consiguió la paralización cautelar de la medida municipal, lo que le permitió seguir en su emplazamiento tradicional del Grau. Los juzgados afirmaron que la Ciudad de las Lenguas no se podía esgrimir como argumento al haberse paralizado su ejecución.
Los munícipes progresistas revocaron la medida del PP y pusieron fin al pleito con el aeroclub. Ahora negocian la firma de un convenio de cesión con el aeródromo, ya que el suelo es municipal. Éste podría comportar el pago de algún tipo de canon al ayuntamiento, aunque no se ha tomado una decisión al respecto. Cabe tener en cuenta que el aeroclub no ha pagado ningún tipo de alquiler desde que el ayuntamiento cedió en 1957 este terreno para un campo de aviación civil.
El equipo de gobierno ha aplazado de momento la conversión de esta zona en un paraje natural, tal como incluye el programa de gobierno suscrito entre el PSPV, Compromís y Castelló en Moviment. Desde el aeroclub subrayan que esta actuación es compatible con la base aeronáutica y no descartan ceder parte de la superficie que se encuentra en desuso para que tenga un disfrute público.
Tras hacer las paces con el nuevo ayuntamiento, el aeródromo encara un futuro de tranquilidad que le asegura la llegada de nuevas inversiones.
Los munícipes del Partido Popular llegaron a rechazar la construcción de un taller de mantenimiento de avionetas ligeras a pesar de la suspensión de la Ciudad de las Lenguas. Alegaron su pretensión de llevar a cabo en un futuro una propuesta turística en la zona, unos planes que han descartado los regidores progresistas.
Cabe recordar que, además de ser sede de avionetas deportivas o no comerciales, el aeródromo acoge los servicios aéreos de extinción de incendios y de emergencias sanitarias de la Generalitat.
