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Los nombres del Instituto

El Instituto de Castelló tuvo su primer nombre -Juan Marco- en el año 1937, en plena Guerra civil, mientras se impartían las clases del curso 1936-37. Las autoridades franquistas decidieron cambiarlo en 1943 por F. Ribalta

Desde su fundación en 1846 los nombres de los centros educativos respondían a definiciones administrativas en relación con el ideario del momento. Así, el primer nombre fue Instituto Provincial de Segunda Enseñanza porque era sostenido económicamente por la Diputación Provincial. Después, cuando a raíz de la Ley Moyano se ordenaron los estudios en los tres niveles clásicos, los institutos pasaron a ser de Segunda Enseñanza y debían preparar para los estudios universitarios.

A principios del siglo XX, con la enésima organización de los planes de estudio por el recién estrenado Ministerio de Instrucción Pública y respondiendo a criterios menos clásicos y más utilitaristas de acuerdo con los avances técnicos de la vida moderna, se denominaron Institutos Generales y Técnicos. Después, con la llegada de la primera dictadura, de Primo de Rivera, se introdujo un concepto más patriótico: Institutos Nacionales de Segunda Enseñanza, cambiado levemente de nombre pero no de intención al inicio de la segunda dictadura, la de Franco, por Institutos Nacionales de Enseñanza Media.

En los azulejos que decoran los patios interiores del instituto aún pueden leerse las iniciales ´I P´, que en un principio se pensaba que respondían a Instituto Provincial, pero en realidad representan el momento en que se construyó el nuevo edificio inaugurado en enero de 1917, etapa en la que pertenecía y era sostenido por el Ministerio de Instrucción Pública, de ahí las iniciales. Pero ninguna de aquellas denominaciones llevaba añadido ningún nombre de persona, lugar u otra referencia.

En la memoria del centenario del instituto publicada por la imprenta Mas en 1947 se lee: «Por una O.M. de 16 de enero de 1943 y previa petición de la Dirección del Instituto, se acordó que este se denominase Instituto Nacional de Enseñanza Media «Francisco Ribalta», queriendo honrar al ilustre castellonense Francisco Ribalta, representante de la escuela pictórica valenciana». No podemos dejar de comentar el hecho ya conocido desde años de que el pintor F. Ribalta no nació en Castelló sino en Solsona (Lleida), a pesar de la lápida que existe aún en la fachada de la vivienda nº 79 de la calle Enmedio.

Sin embargo lo que esta memoria olvida, suponemos por la fecha de la edición, de una manera interesada, es que anteriormente el instituto llevó otro nombre, el primero, el de Juan Marco, tal como consta en la Gaceta de la República del 16 de mayo de 1937, que dice textualmente: «Muerto en el frente en defensa de la libertad e independencia de la patria, el estudiante Juan Marco, natural de Castellón y a propuesta de las organizaciones juveniles. Este Ministerio ha acordado que el Instituto Nacional de Segunda enseñanza de Castellón lleve el nombre de Juan Marco».Osea, que el Instituto de Castelló tuvo su primer nombre en el año 1937 en plena Guerra civil, mientras se impartían las clases del curso 1936-37, hasta el 1943, o sea casi seis años.

¿Por qué el nombre de Juan Marco fue anulado por las autoridades franquistas y tachado, así literalmente, en los documentos oficiales que constan en el archivo? ¿Quien era Juan Marco, merecedor según el ministerio y las organizaciones juveniles de poner su nombre en el Instituto?

Juan Marco nació en Castelló el 6 de febrero de 1917. Su padre fue Juan Marco Salvador, médico, y su madre Carmen Martín López, naturales ambos de Castelló, que vivían en la calle Mayor, 125. Ingresó en el Instituto en junio de 1927, terminando el bachillerato en enero de 1933, cuando realizó el depósito del título. Después entró a estudiar Medicina en la Universidad de Valencia en el curso 1934-35, siguiendo en el 1935-36 cuando estalló la Guerra Civil.

Afiliado a la FUE desde los tiempos del instituto, ingresó en el PCE en la etapa universitaria. Al estallar la sublevación militar de Franco fue de los primeros que marcharon al frente de Teruel a defender la República, muriendo muy pronto en acción de guerra, en Loma Gorda, cerca de Villel, en concreto el 11 de septiembre de 1936, a los 19 años, con la graduación de teniente, tal como se cuentan y recuerdan en sendos poemas Juan Gil Albert, Pascual Pla Beltran, Diego Perona y Francisco Giner de los Rios.

Su muerte en primera línea de combate, tuvo una gran repercusión en la filas republicanas, porque según la revista Anales -de los años 30- de la Universidad de Valencia ˜simboliza el arrojo y la voluntad de miles de jóvenes españoles que han caído en la lucha contra el invasor defendiendo los más nobles ideales». La noticia de su muerte no solo apareció en la prensa de Castelló (Heraldo de Castellón, 12-9-36), sino en El Mercantil Valenciano (11-9-36), La Vanguardia (15-9-36) y ABC (13-9-36).

A partir de ese momento, el nombre de Juan Marco aparece dando nombre no solo al instituto, como hemos dicho, sino a colonias escolares de refugiados como la de Canals, con más de 60 niños evacuados; a un batallón militar de 468 milicianos de la columna Eixea-Uribes; a brigadas de choque para el estudio del Instituto Luis Vives; a grupos de teatro como el de la FUE de Castelló etc, dedicándole homenajes en Valencia y en Castelló, como el que le ofreció la FUE el 22 de junio de 1937 en el salón de actos del instituto con un parlamento del director Vicente Sos Baynat y el delegado de la FUE, el estudiante Gonzalo Ballesteros, además de la representación de tres obras escénicas en el teatro municipal (Principal).

También diversos escritores le dedicaron poemas, que fueron recitados en actos públicos de carácter político y cultural, como la Conferencia Nacional de Estudiantes celebrada en Valencia en julio de 1937. Otros periodistas le citaron en sus trabajos, como Ilya Ehrenburg en «Corresponsal en España» (Tiempo, 1968). Asimismo, también pusieron su nombre a una calle de Valencia contigua a la universidad y en Castelló a la calle Escuder, rebautizada en el franquismo como Maestro Giner, desaparecida posteriormente en la reforma de la avenida del Rey.

Sin embargo la llegada de la dictadura supuso, como en tantos otros, el entierro de su memoria, el olvido pertinaz de su nombre como si nunca no hubiera existido, incluso en el propio instituto que llevó su nombre. Hace más de 20 años saqué a la luz los primeros datos de su nombre y su historia en el trabajo «L´Institut durant la Guerra Civil» incluido en el libro «L´Institut F. Ribalta». Ahora que sabemos más aprovechamos para normalizar su existencia de un joven estudiante, como otros muchos, que murió en la defensa de la República y de la libertad. Sirvan estas palabras también para preguntarnos donde estará enterrado y cual es su rostro en una fotografía.

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