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El barrio del extrarradio que se integró en el centro

El soterramiento de las vías tuvo como paso previo el desvío de la carretera nacional

La presidente de los vecinos, Anunciación Lainez, junto a una de las floristerías de la avenida Cardenal Costa. carme ripollés

El soterramiento de las vías del tren y el traslado de la estación marcaron un antes y un después en la vida de los vecinos de Cardenal Costa, paseo Morella y adyacentes, que de repente descubrieron que el centro de la ciudad estaba más cerca de lo que pensaban tras desaparecer la barrera física y psicológica del trazado ferroviario. Como paso previo, hubo que ejecutar el desvío de la N-340, por lo que, en unos años, desaparecieron las dos infraestructuras en torno a las cuales creció el barrio. Por donde antes discurrían las vías, se creó un amplio bulevar donde se levantó El Corte Inglés. De estar en el extrarradio, los residentes pasaron a ocupar una posición intermedia entre el centro y la nueva zona universitaria, con el Tram como medio vertebrador.

Durante años, la vía del tren ejerció de frontera de la ciudad. Al lado oeste, se creó un núcleo poblacional que vivió de espaldas al centro de la ciudad. Allí se concentró un buen número de personas procedentes de pueblos del interior de la provincia, que emigraron a la capital de la Plana en busca de un futuro mejor. Los bloques de viviendas convivían con los negocios vinculados a la carretera nacional, principalmente talleres de reparación de vehículos, la mayoría de los cuales cerraron. Todavía permanecen en pie varios de los edificios de talleres, aunque están semiabandonados. La proximidad del cementerio de San José también es un elemento clave en la zona, sobre todo en la avenida Cardenal Costa, vía de acceso al camposanto, donde se concentran varias floristerías y algún establecimiento de lápidas.

La operación urbanística de los terrenos de Renfe transformó la parte oeste. La presidenta de la asociación de vecinos de Cardenal Costa y adyacentes, Anunciación Lainez, recuerda que la eliminación de las vías «supuso un avance grandísimo». «Antes nos considerábamos la periferia de Castelló y ahora estamos integrados en el casco urbano», comenta. También pone en valor la apertura de El Corte Inglés hace una década, aunque recalca que no se ha cumplido la previsión de un gran polo comercial en torno al establecimiento. «Han abierto algunas tiendas, pero no todo lo que se esperaba. Al fin y al cabo, el centro está cerca y se han generado nuevos espacios comerciales, como es el caso de la Salera», apostilla.

La vida transcurre tranquila en esta zona de la ciudad. «En líneas generales, la población es adulta porque apenas hay vivienda nueva. La mayoría de los vecinos nos conocemos desde hace tiempo y hay un ambiente bastante familiar», explica Anunciación. La proximidad de la universidad ha provocado que algunos estudiantes hayan alquilado pisos, lo que ha supuesto un soplo de aire fresco. La entidad vecinal, con 195 socios, dispone de un pequeño local en el paseo Morella, donde programa actividades varias. Al lado, hay un activo centro social para jubilados donde los mayores tienen su punto de encuentro.

Pese a la mejora general del barrio, la asociación de vecinos mantiene viva la llama reivindicativa. Uno de los aspectos en que incide es en la necesidad de incrementar la limpieza de los numerosos solares existentes en la zona para evitar focos de suciedad. En uno de ellos, que linda con la avenida Barcelona, plantea la creación de un huerto urbano. En la misma avenida, reclama la urbanización de la plaza Donoso Cortés, donde perviven solares en los que aparcan los vehículos sin orden ni concierto. La asociación también incide en la necesidad de repavimentar varias calles y así lo ha planteado al ayuntamiento.

Viviendas sociales

Un caso sangrante es el de las 25 viviendas sociales emplazadas en la calle Santa Cruz de Tenerife, que llevan diez años deshabitadas. Sigue pendiente la reforma integral del edificio, cuyas puertas y ventanas permanecen tapiadas y la fachada cubierta por una red para prevenir desprendimientos. La Generalitat tiene previsto licitar las obras de rehabilitación del inmueble a final de año, aunque todo queda a expensas de la disponibilidad presupuestaria.

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