El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias ejecuta de manera ralentizada las obras del tercer raíl del corredor mediterráneo para evitar una mayor afección al servicio de Cercanías, que desde agosto registra un recorte en sus frecuencias por este motivo, pero esta circunstancia pone en riesgo su finalización en agosto, la última fecha anunciada por la ministra de Fomento, Ana Pastor. Adif tiene pendiente comenzar las obras en uno de los tramos más complejos como es el acceso subterráneo de la estación Castelló. El proyecto en este trazado se prolongará 40 días a fin de reducir el impacto en los usuarios del Cercanías, según fuentes del organismo público.
Adif aún no tiene decidido el plazo de inicio de las obras en la terminal. Primero ha de acometer otros tramos pendientes y ha de ultimar el plan de obra, pero su idea es reducir al máximo el impacto en el tránsito ferroviario. El Ministerio de Fomento planeó en su momento un corte del total de la red ferroviaria, pero finalmente se tiró atrás por la presión de la patronal de empresas siderúrgicas y de Ford, que advirtieron de las graves pérdidas que hubiera ocasionado el cierre al tráfico de mercancías.
Adif trabaja en pequeños tramos, uno a uno y en una de las dos vías en horario matutino para mantener liberada una parte. Empezará en la estación de Castelló cuando acabe algunas de las obras en marcha en estos momentos, sin saber cuándo, ya que esta decisión depende de la dirección de Adif en Madrid. La terminal es la fase más difícil al afectar a un túnel. No se ha cerrado cómo se llevarán a cabo los trabajos y la manera que afectarán al Cercanías y demás tránsitos, pero tras renunciar el ministerio al corte de la línea férrea, todo hace indicar que las obras en Castelló seguirán el mismo patrón que en la estación de Cabanyal en Valencia; es decir, se limitarían al horario nocturno, mientras por el día como mucho se reemplazaría uno o do trenes de primera hora de la mañana por autobuses lanzadera.
Las obras se concentran ahora entre la Font de Sant Lluís y Alboraia. Falta actuar en las intersecciones de Massalfassar, Puçol y Almenara y en las variantes de Nules y Borriana. En el resto del trayecto están dispuestas las nuevas traviesas y el tercer raíl.
De esta forma se atisba complicado que la nueva línea pueda inaugurarse en agosto. Además de las actuaciones mencionadas, como último paso se deberá solicitar la certificación de la Agencia de Seguridad Ferroviaria Española. Sería el tercer incumplimiento de plazos por parte de Fomento, que primero mencionó diciembre de 2015 y luego abril de este año. La Generalitat afirma que las obras no acabarán hasta finales de este ejercicio.
Primera reforma
Fomento reformará la entrada de la estación 16 años después de su inauguración. En 2010 licitó un proyecto de remodelación para adaptarla a la plataforma del AVE, pero a los pocos meses lo suspendió al paralizarse la alta velocidad.
