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La escuela católica acusa al conseller Vicent Marzà de imponer un modelo «comunista»

Anuncian nuevas movilizaciones en Benicarló por el cierre de la única aula concertada que suprime la conselleria en toda la provincia - Concapa augura que en los próximos cursos se eliminarán más unidades en los centros religiosos

La escuela católica acusa al conseller Vicent Marzà de imponer un modelo «comunista»

La escuela católica de Castelló ha emprendido una cruzada contra el conseller de Educación, Vicent Marzà, al considerar que sus políticas menoscaban la libertad de elección de las familias. La gota que ha colmado el vaso es la supresión de un aula de infantil en el colegio Nuestra Señora de la Consolación de Benicarló, donde ayer se manifestaron docentes y padres y madres de alumnos. El presidente provincial de la confederación de ampas de escuelas católicas Concapa, José Antonio Rodríguez, cree que este es sólo el primer paso, pues acusa al conseller de querer «imponer una escuela pública y laica», algo que, a su juicio, «es propio de un sistema marxista-leninista».

El arreglo escolar para el próximo curso, cuya versión definitiva publicó ayer la Conselleria de Educación, ha soliviantado los ánimos de la escuela concertada, en general, y de la católica, en particular, después de un gobierno del PP que durante años ha favorecido la enseñanza privada. El centro Nuestra Señora de la Consolación pierde un aula por incumplir la ratio mínima. El representante de Concapa asegura que el convenio que se firmó en su día con la conselleria establecía un concierto para 91 alumnos, y ahora hay 89. Cree que la diferencia es mínima y que no justifica el recorte de la unidad. «Estamos disgustados e indignados, ¿por qué no puedo elegir un colegio concertado?», se pregunta Rodríguez.

El profesorado y la AMPA del centro se manifestaron ayer en protesta por la supresión y, según anuncia Concapa, no será la última manifestación. Pese a que el recorte de aulas sólo ha afectado a uno de los 28 colegios religiosos de la provincia de Castelló que reciben subvenciones públicas, la comunidad educativa, alentada por el obispado, seguirá en pie de guerra y próximamente convocará nuevas movilizaciones.

De esta manera, hace frente a lo que percibe como una persecución. «Lo que les ha pasado en Benicarló nos pasará a nosotros en los próximos cursos porque la intención de la conselleria es dejar la concertada en la mínima expresión», advierte el presidente provincial de la confederación. Es más, cree que «imponer una educación pública y laica es propio de un sistema marxista-leninista» y censura a Marzà al afirmar que «un gobernante debe gobernar para todos, los que le votan y los que no».

Cabe recordar que la conselleria sí ha reconsiderado su propuesta inicial respecto a otro colegio concertado, el Bisbe Pont de Vila-real, en el que preveía eliminar un aula. En este caso, ha decidido mantenerla al tratarse de un centro que atiende a más de un 30 por ciento de alumnado con necesidades educativas especiales. En el colegio de Benicarló, sin embargo, el incumplimiento de la ratio -uno de los requisitos para eliminar el concierto- ha sido determinante para cerrar el aula.

El obispo de Segorbe-Castelló, Casimiro López-Llorente, ha llamado a la comunidad educativa a la movilización pese a que el único centro religioso afectado no corresponde a su diócesis, sino a la de Tortosa. Según explican desde Concapa, el prelado, de acuerdo con su homólogo, consideró que al depender administrativamente de la Generalitat Valenciana, el colegio de Benicarló debía recibir el respaldo de la sede castellonense. La mesa diocesana de enseñanza se reunirá el próximo martes para analizar el arreglo escolar.

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