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El encanto de Benicàssim más allá de sus playas

El recorrido discurre sobre todo por el principal vial del casco urbano: la calle Santo Tomás

vARIOS PUNTOS DE INTERÉS en el casco urbano benicense. La Iglesia Santo Tomás de Villanueva es el lugar más destacado que visitar pero durante el recorrido también se puede visitar el Puente de Hierro, pasear por diferentes calles modernistas o buscar las hormigas de Capi en fachadas o muros. f levante-emv

El municipio de Benicàssim posee un gran atractivo turístico gracias a los aproximadamente seis kilómetros de costa. Pero Benicàssim no solo es un municipio de sol y playa ya que su casco urbano cuenta con diferentes enclaves que consiguen que esta parte de la localidad tenga un gran encanto.

La ruta que proponemos se concentra en la parte más céntrica del casco urbano y se puede realizar en menos de media hora. Comenzando en el acceso sur, encontramos la rotonda de la Llave que da la bienvenida a quien viene desde Castelló por la N-340.

Siguiendo por la avenida Castelló y, después de pasar la escultura en homenaje a los «fibers» (asistentes al Festival Internacional de Benicàssim) caminaremos por la calle Santo Tomás, donde podremos hacer un alto en el camino y disfrutar de la cultura en el Centro Cultural Melchor Zapata el cual fue inaugurado el 13 de enero de 2012 dedicando su nombre al reconocido pintor y escultor afincado en la localidad. El espacio consta de dos salas en distintas alturas y presenta, al menos una exposición al mes.

Tras ello, a escasos metros nos encontraremos con la Iglesia parroquial Santo Tomás de Villanueva. El edificio es de planta rectangular, forma de cruz latina y estilo neoclásico. Su interior está dominado por un gran gran cuadro del pintor Camarón, de quien son también el resto de cuadros y frescos que existen en la cúpula. Los dos altares laterales están dedicados al Sagrado Corazón de Jesús y a Nuestra Señora del Rosario. Los cuatro frescos existentes en la cúpula representan a los arcángeles San Rafael, San Miguel, San Gabriel y al Angel de la Guarda.

La iglesia se construyó entre 1769-1776 y fue la base de la formación de la villa en su actual emplazamiento, además de constituir el impulso definitivo a la configuración de Benicàssim como pueblo.

Detrás de la Iglesia parroquial está la plaza de la Constitución, una zona muy conocida tanto por vecinos como visitantes ya que alberga el Teatro Municipal. Este espacio cuenta con una programación cultural de gran calidad y, además de programar cine durante todo el año, alberga diferentes festivales de teatro o música. Además, el teatro cuenta con una sala específica de exposiciones.

Volviendo de nuevo a la calle Santo Tomás, el principal vial del casco urbano también alberga la Fuente del Señor, muy próxima al ayuntamiento, o unas casas de estilo modernista, y en una de ellas se encuentra la Fundación del Pintor Joan Simó.

Al final de la calle llegaremos al Puente de Hierro que está situado sobre el antiguo trazado del ferrocarril. Esta zona cuenta con una iluminación especial por la noche y, además, alberga unas esculturas que hacen referencia al Cremaller, el baile típico del municipio.

Además de todo ello, el visitante puede encontrar en fachadas, calles, muros y edificios, las hormigas pintadas por el artista Capi Trillo, que convirtió la hormiga en el símbolo de la ciudad, la ciudad de las hormigas de Capi y que le da un encanto especial al casco urbano.

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