La ciudad de Castelló ha crecido en las últimas décadas de forma muy considerable. Resulta curioso como la capital de La Plana, al contrario de lo que ha sucedido con otras zonas del país, ha aumentado de forma prácticamente proporcional en los cuatro límites. Este crecimiento, con todo, durante muchos años no siempre ha venido acompañado de una adecuación de los nuevos, o no tan nuevos, barrios periféricos de la ciudad.
Con todo, en los últimos años, muchas de estas zonas límite de la ciudad se han sometido a una amplia «lavada de cara». Lo que antes únicamente eran carreteras de acceso al centro, ahora se han convertido en espaciosos paseos y amplias zonas verdes, que, junto a las transitadas vías, ofrecen un espacio más atractivo para sus vecinos.
Quizás una de las zonas que más ha cambiado ha sido precisamente la próxima al estadio de Castalia de Castelló, en la entrada norte de la ciudad, que forma parte del barrio obrero de la Guinea.
Desde hace un par de años, y coincidiendo con la construcción de la circunvalación que bordea Castelló, se construyó un amplio y agradable bulevar, donde incluso ahora en verano, y cuando el calor no es extremadamente sofocante, vecinos de todas las edades, aunque principalmente ancianos y niños, pasean y juegan.
Los hay incluso que aprovechan la amplitud de esta zona para hacer deporte, alejados de las aglomeraciones y en pleno aire libre o también disfrutan de sus mascotas en un lugar tranquilo y espacioso.
A pocos metros de este agradable paseo está localizado un amplio terreno con viviendas abandonadas y repleto de basura. Un espacio totalmente insalubre y peligroso, sobre todo en verano, cuando el riesgo de incendio es mayor, y ubicado, además, a pocos metros de la carretera, por donde a diario circulan cientos de vehículos con destino al centro de Castelló.
