Cualquier época del año es buena para conocer uno de los tesoros mejor guardados de Castelló, las cuevas de San José de la Vall d´Uixó, un recurso turístico de primer orden que desde hace muchos años recibe miles de visitantes nacionales e internacionales pero que, curiosamente, sigue siendo una asignatura pendiente para muchos vecinos de la provincia que confiesan no conocer el río subterráneo más largo de Europa.
El atractivo del paraje de San José no necesita de más alicientes, sin embargo, cualquier persona que se acerque durante el mes de agosto hasta el río subterráneo puede disfrutar de un concierto singular en el interior de las grutas o completar un paseo por las entrañas de la tierra trasladándose hasta el casco urbano, entre cuyas calles se esconden muchos atractivos que desde el ayuntamiento se quiere poner en valor.
Tanto es así que desde principios de verano se ha puesto a disposición de los turistas un autobús lanzadera.
Es inevitable iniciar el paseo por la Vall disfrutando de una visita fascinante por unas grutas que complementa el impactante trayecto en barca con un paseo a pie que deja intuir cuáles son los secretos que sigue escondiendo el subsuelo de la localidad, ya que grupo de espeleólogos ya han anunciado expediciones para buscar el origen de este río subterráneo, que todavía se desconoce.
Aunque hay sensaciones irrepetibles, adentrarse en las Cuevas de San José es una de ellas, lo cierto es que el complemento idóneo es acercarse al centro de la Vall, una ciudad singular que mantiene muchos rasgos de sus orígenes, los de un pueblo dividido en dos, popularmente conocidos como el poble de dalt i el poble de baix, cada uno con su propia iglesia parroquial con valores arquitectónicos y patrimoniales que vale mucho la pena conocer.
A pesar de la existencia del autobús que conecta el paraje de San José con el centro, nosotros invitamos a los visitantes a realizar el trayecto a pie, para no perderse ningún detalle, como el que ofrece el acueducto romano de San José, a unos metros de las grutas. Este sería la entrada al poble de dalt, coronado por la iglesia del Santo Ángel, en cuyo barrio se celebran una de las fiestas patronales de la ciudad, las de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo, en el mes de octubre. Para llegar hasta este punto las calles estrechas, en algunos casos empinadas, recuerdan que la ciudad vive en un llano, rodeado de montañas.
El trayecto a pie nos llevará a través de la calle Benigafull, en pleno centro comercial de la ciudad, hasta la plaza de la Paz, a cuyas espaldas se encuentra el también emblemático edificio del ayuntamiento, cuya fachada ha sido recientemente acondicionada. A partir de este punto tenemos varias opciones: seguir por la avenida Jaume I hasta llegar a la Colonia Segarra, donde podremos comprender el impacto que la Fábrica Segarra dejó en la Vall d´Uixó, con dos edificios especiales: la residencia del reloj y la iglesia de la Mare de Déu dels Desamparats.
Otra opción es la que invita llegar desde la plaza del Centro, por las estrechas calles que discurren hacia el norte por el poble de baix, hasta llegar a la iglesia de la Asunción, cuyo campanario celebró recientemente sus 225 años, una imponente construcción.
