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Para perderse, para olvidar

El tortuoso Camí La Plana de Castelló

El entorno de la marjaleria ofrece contrastes como el emblemático paraje del Molí La Font y un Camí La Plana que reclama mejoras

El tortuoso Camí La Plana de Castelló

El paraje del Molí la Font de Castelló es quizás el espacio natural mejor conservado de la ciudad. Aunque es frecuente encontrar visitantes en cualquier época del año, la actividad en este lugar especialmente intensa en primavera y verano. Este manantial de agua dulce, cuyo caudal no supera el metro de profundidad, está localizado en la zona noroeste de la ciudad, a cuatro kilómetros del centro de Castelló, entre campos de naranjos, olivos y algarrobos. Este espacio se encuentra además a pocos kilómetros de la Magdalena y del paraje de la ermita de Sant Francesc de la Font.

El paraje recibe el nombre del antiguo molino, que data del siglo XIV, localizado a pocos metros del manantial, que junto a la estructura de canales cercana al ullal, permite que los primeros metros del caudal queden retenidos en una pequeña charca rodeada de carrizos y eneas. En el agua se pueden encontrar diversas especies de peces de agua dulce como la carpa y el barbo mediterráneo y también de agua salada, como la lubina, la lisa o la anguila. Otros animales que se pueden localizar en la zona son aves, anfibios y reptiles.

A pocos kilómetros de este paraje natural discurre el Camí la Plana, un vía que conecta la zona norte de Castelló, junto al estadio Castalia, con el distrito marítimo. Aunque no es la carretera más transitada por los vehículos, que optan por las avenidas más modernas, este vial recoge con frecuencia tráfico de bicicletas y es utilizada sobre todo por los vecinos de la capital en verano para ir a las playas. A pesar de ser un camino con actividad, la falta de aceras y la acequia lateral hace peligrosa la presencia de peatones en un camino que requiere mejoras de urgencia.

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