La Generalitat Valenciana valora en un millón de euros al mes el perjuicio económico que las obras del tercer raíl ocasionan en los usuarios del servicio del Cercanías de Castelló-Valencia, afirmó ayer el director general de Obras Públicas, Carlos Domingo. El Consell ha realizado este cálculo de acuerdo con el aumento del itinerario -de 10 a15 minutos- que han supuesto las obras, sin contar los retrasos. Los trabajos comenzaron en agosto de 2015, por lo que, atendiendo a la estimación del Consell, las pérdidas ascienden hasta el momento a los 14 millones.
Domingo lamentó que el Ministerio de Fomento se niegue a reducir los billetes del Cercanías en compensación a los viajeros. Renfe sólo se ha comprometido a devolver los billetes en el caso de que se produzcan demoras superiores a la media hora. Fomento asegura que el 95 % de la ejecución ya ha finalizado, pero elude concretar plazos. El servicio ya vio reducida la cifra de trenes cuando comenzaron las obras, mientras los autobuses que habilitó en sustitución sólo conectan Castelló con Sagunt y Valencia y dejan de lado los pueblos con parada. Las demoras y transbordos no han dejado de sucederse desde entonces.
La consellera de Obras Públicas, María José Salvador, y el director general del ramo se reunieron ayer Castelló con representantes de las 13 localidades del área de influencia de la línea de Valencia-Castelló para recoger sus quejas y trasladarlas a la reunión de coordinación con Renfe prevista el próximo 4 de octubre.
«Lo que más preocupa tanto a los alcaldes como al Consell es no saber cuándo van a terminar las obras, ya nos han dado cuatro fechas diferentes y ninguna se ha cumplido, necesitamos que Adif, Renfe o el ministerio determinen, de una vez, una fecha fiable y se cumpla». Oficiosamente, añadió, se apunta que las obras acabarán en octubre, pero oficialmente no hay nada, añadió.
Para el director general, «esta incertidumbre se une al hecho de que ya es mucho tiempo lo que duran las obras y estamos sufriendo los retrasos y falta de puntualidad, desconocemos también cuál es la programación de las obras, no hay información y falta de fiabilidad. Todo esto ha hecho que los usuarios hayan perdido la confianza en un servicio de cercanías que siempre ha funcionado muy bien y que es esencial para muchas personas». Domingo afirmó que hay usuarios que han cambiado el Cercanías por el vehículo privado por sus deficiencias. «El Consell apuesta por la movilidad sostenible, y si expulsamos a gente del transporte público vamos en la dirección contraria», remarcó.
Asimismo, dudó de que el Cercanías recupere todas sus prestaciones al término de las obras porque, según sostuvo, con el tercer raíl que se ha construido el Cercanías compartirá la misma vía con el tránsito de mercancías y el AVE (cinco convoyes al día).
