El trayecto desde Castelló a Valencia se ha convertido en una odisea tras el inicio ayer de las obras de la variante de la A7 de la Vall d'Uixó, que obliga a restringir el tráfico durante seis meses en un carril por sentido. Estos problemas viales se suman a las carencias en el servicio del Cercanías por las obras, en este caso, del tercer raíl. Ambas actuaciones coinciden en el tiempo y amenazan con colapsar las conexiones del sur de Castelló.

El Ministerio de Fomento cortará completamente al tráfico una de las calzadas de la autovía entre la Vilavella y Xilxes (tres meses un sentido y tres en otro sentido), desviándose el tráfico al vial contiguo, que tendrá doble sentido. Primero se cierra la calzada sentido Castelló y luego al revés. Como alternativa Fomento recomienda el uso de la N340.

Ayer se registraron las primeras retenciones en la A7, una circunstancia que será constante mientras duren las obras hasta el mes de marzo. Cabe tener en cuenta, además, que el tráfico de camiones no pueden circular por la N340 desde Nules hasta Orpesa por motivos de seguridad vial y tienen limitado el tránsito en la A7.

Estas dificultades en la principal conexión viaria de Castelló con Valencia se suman a las carencias del Cercanías, que desde agosto de 2015 opera con sus prestaciones disminuidas por las obras del tercer hilo. La cifra de convoyes ha caído cerca de la mitad, el tiempo de viaje ha aumentado unos 15 minutos y los retrasos son continuos. Los autobuses lanzaderas dispuestos por el ministerio sólo conectan la capital con Sagunt y Valencia y dejan de lado las paradas de los municipios intermedios. El malestar entre los usuarios y las localidades afectadas es general. El Consell calcula en un millón de euros al mes el perjuicio económico de los pasajeros del Cercanías y critica que el Gobierno se niegue a rebajar la tarifa como compensación.

Renfe anuncia que el 12 de noviembre se recuperará el servicio de la línea C6 anterior al comienzo de las obras debido al termino de las mismas, aunque la Generalitat duda de que se mantenga con la puesta en marcha del AVE, ya ambos servicios compartirán las mismas vías.

Castelló estará más de un mes con recortes en sus comunicaciones por tren y carretera. A partir de noviembre y si se cumple el anuncio de Renfe, el Cercanías volverá a la normalidad, mientras quedarán otros cuatro meses de obras en la A7 en la Vall d'Uixó.

La Unión de Consumidores (UCE) de Castelló exigió ayer medidas «urgentes» para evitar el «colapso de las comunicaciones entre Valencia y Castelló». Según la UCE, resulta «bochornoso» que Fomento «no haya sabido programar en el tiempo» dos obras que, al ejecutarse paralelamente «supondrán un claro perjuicio para todos aquellos que necesitan desplazarse entre Valencia y Castelló».

Por su parte, los senadores de Compromís Carles Mulet y Jordi Navarrete proponen al ministerio que se plantee liberar temporalmente el peaje de la autopista AP-7 entre Nules y Almenara mientras duran los trabajos. «Fomento debe plantearse la firma de un convenio urgente con la concesionaria para no saturar otros viales como la N-340 mientras se ejecutan estos cortes».