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Opinión | Las cuarenta

Santa Bárbara

El circo del presi. La verdadera vocación de Cruz es la de dirigir un circo. Por lo de los enanos, digo

hora va a parecer que los problemas judiciales y económicos del CD Castellón -¿o debiera decir de David Cruz?- hayan surgido de golpe, casi de la nada, a tenor de la irrupción en el tema de no pocos medios de comunicación, en algunos casos con tanta inquina como procacidad, protagonizando un giro absoluto en su línea editorial que ha pasado de la defensa numantina del presidente a cuestionar su capacidad para sacar a flote este frágil esquife, pero sin hacerle daño, no sea el caso que cante tanto cambio de chaqueta y sus motivos.

No es así. Afortunadamente la hemeroteca permite refrescar la memoria de la afición al respecto, al tiempo que saca a la luz las vergüenzas de quienes sólo presumen serlo de palabra. Pero somos muy dados a bailar todo el año, celebrar goles y promociones de (no) ascenso, para rezar a Santa Bárbara cuando truena. Y no truena. Es el apocalípsis.

Tamaña impudicia profesional no resulta patrimonio de los periodistas de la corte. Los políticos tampoco se quedan cortos. El otro día me asaltó un ex alto cargo de la Generalitat preguntándome cuánto dinero hacía falta para echar a Cruz, supongo que arrepentido de haber frenado en su día la venta de las acciones de Osuna y su banda a un grupo de Castelló. Otro tanto me ocurre con un responsable de la diputación, partidario encendido de la refundación y que me responsabiliza -un honor, oiga- de su fracaso en el suicidio del club, tildándome de ayatollah del albinegrismo. Y no hace falta incidir en el abandono municipal, que ha llegado al extremo de retrasar el anuncio del convenio para la cesión de Castalia -anual, eso sí- para no hacerse una foto con el presidente, que se conoce debe ser su única preocupación.

Así que si esperamos la salvación de la vis pública o el amparo de la prensa, nos podemos dar por jodidos. Desde esta atalaya, subjetiva y vanidosa pero independiente, me aferro a la quimera de una conciencia empresarial para cuando sea llegado el caso de la ampliación de capital. Resultaría idílico encontrar diez mil albinegros a razón de 400 euros para salvar la crisis apelando al sentimiento, pero quiero pensar que es más factible reunir un grupo de notables que participen en el proceso mercantil, sin necesidad por ello de asumir o negociar la compra-venta de las acciones, cuya titularidad también está en cuestión.

Movimientos se han producido, y aunque la lógica aconseja la prudencia y la discrección, los aficionados de verdad necesitan creer en algo, un nombre con el que se sientan identificados, ese clavo ardiendo al que aferrarse con fuerza. Ya ha quedado comprobado que el abandono masivo de Castalia no molesta a Cruz, incluso se ha regodeado. Vuelvo a retomar con fuerza la petición de una protesta unánime que sirviera como señal para que esos candidatos dieran un paso adelante que sería mortal para Cruz. El calendario está claro, pero un empujoncito aquí igual acelera también los muchos procesos judiciales

El circo del presi. La verdadera vocación de Cruz es la de dirigir un circo. Por lo de los enanos, digo. Cuando había encontrado una excusa para cargarse el entrenador, arrullado por una coach con sospechosas ganas de entrar en el vestuario, se ha dado de bruces con la resurrección del equipo.

No tiene suerte Cruz con los técnicos. Y mira que yo a éste le afeó cambios, descartes y declaraciones. Todo fruto de no saber dónde meaba. Pero ha marcado territorio, los jugadores están con él y mientras sume puntos resulta un riesgo despacharlo, so pena de añadirlo a la lista de mártires de este césar de todo a cien. El técnico del filial tendrá que esperar una mejor oportunidad y, de paso, elegir otra madrina para su promoción.

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