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Los agricultores exigen al Gobierno que defienda los intereses del sector

El colectivo regala más de mil kilos de clemenules para protestar por la situación de indefensión Junto a los representantes de la Associació de Llauradors de Nules, responsables de la Unió critican la falta de implicación de la ministra de Agricultura

Los agricultores exigen al Gobierno que defienda los intereses del sector

La reivindicación se impuso ayer en la celebración del mercado dominical de Mascarell. Varias decenas de personas quisieron sumarse al acto organizado por la Associació de Llauradors de Nules en el que regalaron más de mil kilos de clemenules con un doble objetivo: denunciar la crítica situación que atraviesa el sector citrícola y apelar a la unidad de los productores a la hora de exigir la intervención del Ministerio de Agricultura para defender ante Europa los intereses de los agricultores de Castelló.

Varias decenas de personas acudieron a la llamada de los agricultores, que estuvieron acompañados por representantes municipales, así como por un miembro de la junta del sindicato profesional Unió de Llauradors, José Ramón Urbán Miquel, que fue muy contundente en su intervención, advirtiendo que «todo lo que se haga ahora será fundamental para el sector citrícola».

Si los productores del municipio apelaban a la implicación del gobierno autonómico, solicitando que la consellera visite la zona para conocer in situ las consecuencias de una de las peores campañas citrícolas en años, Urbán apuntó directamente al Gobierno central.

El representante de Unió de Llauradors calificó esta iniciativa de la asociación de Nules como «muy importante» y recordó que desde su sindicato «llevamos mucho tiempo denunciando estas situaciones», en referencia a los acuerdos que ha alcanzado la Unión Europea con países terceros y que están perjudicando directamente al sector citrícola valenciano. José Ramón Urbán no tuvo inconveniente en afirmar que «tenemos una ministra que no se entera de nada, puede ser una gran técnica, pero no nos defiende donde debe hacerlo».

Dejadez de la administración

Desde las agrupaciones profesionales vinculadas con el sector citrícola no solo se critica que no se haya mediado por sus intereses, sino también que no se les haya tenido en cuenta. En concreto, el portavoz de la Unió denunció que «todos estos tratados no son de ahora, sino de hace años y nunca nos han dicho nada al sector».

Reforzando la postura de la Associació de Llauradors de Nules, Urbán también apeló a la unidad a la hora de «hacer una presión muy fuerte para que vengan, no la consellera, que está bien que venga, pero nos dirá que las competencias son de Madrid», a lo que criticó que el gobierno central «no cuenta con el sector productivo, solo le importa el sector industrial», lo que tendría como consecuencia un desamparo total de los agricultores.

Todos los presentes coincidieron en lamentar que los resultados de la campaña que ya acaba «son desastrosos y ruinosos para el sector», tanto para el productor, como para las numerosas personas que viven de la citricultura, porque «se han perdido muchos jornales y se perderán más».

Bajo el lema «El agricultor valenciano exige a Europa el respeto y la dignidad que nuestro trabajo merece», los organizadores de este acto reivindicativo regalaron bolsas de clemenules a quienes pudieron acercarse y comprobar que la fruta tiene calidad, sin embargo no ha encontrado su sitio en el mercado.

Según Lorenzo González, miembro de la Junta de la Associació de Llauradors de Nules, no son pocos los propietarios que se han quedado con la fruta colgada de los árboles «porque en el mercado no hay precio, no la han comprado y ya no la comprarán».

Difícil coyuntura

Es por ello que incluso se ha ofrecido a las familias que quieran conseguir fruta, que con el permiso de su propietario puedan ir a recogerla, ya que de lo contrario su destino será la basura.

González recordó que hay productores «que están pagando jornales para que les tiren las clementinas de los árboles», ofreciendo una imagen desoladora en muchas parcelas, cubiertas de cítricos que poco a poco van pudriéndose, como un símbolo de las consecuencias de una campaña en la que el acuerdo europeo con Sudáfrica, según los afectados, ha sido el detonante para acabar con las posibilidades del sector provincial.

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