Peñíscola y Levante firmaron un partido de los que hacen afición pero que acabó con empate a 6, un resultado que ninguno de los dos equipos necesitaba, por lo que deberán de seguir sumando para alcanzar sus objetivos, los de casa la cuarta posición y los visitantes evitar caer a Segunda.

Ayer se pudo ver un primer tiempo impresionante por parte de los dos equipos. Fuerte presión visitante que le costó a los locales poder romper, más cuando Kiko abrió el marcador y les dio más fe a los granotas. Pero el trabajo defensivo local les costó caro porque a los 7 minutos ya tenían cinco faltas. Un minuto más tarde Terry se fue cara al marco y remató con mucha fuerza para empatar.Fue desde los 10 metros cuando el Peñíscola tomó ventaja, con remate muy duro de Terry.

Los visitantes siguieron con su labor y de nuevo les llegó el gol en acción acabada por Cecilio. A falta de dos para el descanso Juan Emilio les dio la ventaja a los peñiscolanos.

Con intensidad comenzó el segundo periodo, aunque sin la frescura física del primer tiempo, y pronto se movió el marcador. Una falta al borde del área permitió a Terry marcar; acortó distancias Jé a pase de Cecilio y Juan Emilio remató un pase de Esteban para el 5-3.

En el aire

El partido estaba abierto y el balón iba de una portería a la otra y en una contra Borja Millán sorprendió a Iker López con disparo por la escuadra. A falta de seis minutos ambos equipos ya tenían cinco faltas, pese a lo cual ambos equipos siguieron apretándose mutuamente.

Emilio Buendía remataba al larguero poniendo el ay en las gargantas locales y en la jugada siguiente acertaba para empatar el partido. Restaban 4.08. Un duro disparo del argentino Lucas Bolo volvió a dar ventaja a los locales y David Madrid sacó a Kiko como portero jugador.

Ahí, una rápida contra de Márquez empataba de nuevo el vibrante partido. A falta de 36 segundos David Madrid pide tiempo al saber que el Burela gana su partido y el empate no le servía, pero no sacó portero-jugador de nuevo, terminando el encuentro en empate, tras unos cuarenta trepidantes minutos de juego.