Se levantó el Villarreal, aunque no sin polémica, para hacerse un duelo que le permite olvidarse de la derrota ante el Alavés. Ahora la ventaja es de cuatro y cinco puntos sobre la sexta y la séptima plaza, y Europa es casi una realidad.

Pero para lograr la recompensa final, hay que atravesar desiertos y campos de minas. Así fue el duelo de ayer en el que el equipo de Fran Escriba dominó sin apenas oposición, pero en el que no supo concretar su superioridad con tantos. Pero eso se asomó a la tragedia en el tramo final.

Escribá no repitió su error, y saltó al terreno de juego con Manu Trigueros en el once inicial. El equipo agradeció la presencia del talaverano en la alineación, y se hizo desde el arranque con el dominio del esférico. Pero de poco sirvió la superioridad ante un Leganés muy tibio en ataque, pero bien trabajado atrás que sabía tapar los espacios para que el submarino conectase el pase definitivo que condujese al gol.

En el primer tiempo, los minutos avanzaron con un guión que se repetía en bucle. Elaboraba el Villarreal, con Trigueros y Bruno como faros, pero cuando se entraba en el área nadie era capaz de poner en apuros a Herrerín.

El guardameta bilbaíno respondió bien a la primera ocasión amarilla, en el minuto 2. Un centro de Jaume Costa desde la izquierda lo remató Sansone, caído a la banda derecha. El portero visitante conjuró el peligro. Pero, tras el arranque eléctrico, el duelo atravesó el desierto del tedio. Controlaba el ritmo el Villarreal, pero era incapaz de derribar el muro defensivo de los pepineros. Hubo que esperar hasta el minuto 20, con un lanzamiento desde la frontal de Trigueros, para que los amarillos acumularan un nuevo disparo a puerta.

Espabiló el Leganés en el último cuarto de hora del primer tiempo. Siovas en el minuto 43, casi anota en un barullo en el área. Andrés Fernández sacó una mano salvadora para evitar que el disparo del brasileño se convirtiera en el primer gol de la tarde. Por su parte, en el minuto 32, Costa pudo alcanzar la línea de fondo. Pero su centro se paseó por el área sin encontrar rematador. Cinco minutos después, Sansone se quedó solo ante Herrerín tras un espectacular pase entre líneas de Trigueros. Pero el ex del Sassuolo cruzó demasiado, y la pelota se escapó por la línea de fondo. Cerró el capítulo de ocasiones amarillas una jugada por la derecha de Sansone. Cedió hacia atrás para que culminara Mario, Pero el lateral mandó el remate a las gradas.

Locura final

El regreso del vestuario fue eléctrico por ambas partes. El Leganés buscó sorprender en el arranque, y lo hizo con un tanto de Luciano. Pero fue anulado por fuera de juego del brasileño en el pase de Adrián Marín. Por su parte, respondió el Villarreal con una jugada en el área que terminó sin saber resolver Cédric Bakambu, tras pase de Sansone.

Repitió error el delantero, cada vez más desesperado, con un disparo demasiado alto desde la frontal en el minuto 59. Pero su cabezonería recibió recompensa en el 68. Soldado penetró en el área, y se la cedió a Bakambu. Se giró el congoleño, disparó ajustado al palo derecho, y adelantó al Villarreal, justo cuando el público comenzaba a expresar su mosqueo.

Pero los amarillos no supieron sentenciar. Perdonó Soldado en el minuto 83, tras pase de Jonathan, y lo penalizó Guerrero en el último minuto. Bueno, solo en el área, le entregó un balón de oro para que empatara. Las minas le explotaban en la cara a los amarillos. Pero Jonathan, todo calidad, se inventó el centro perfecto para rescatar la victoria, y hacer estallar las gradas en un grito de felicidad.