Y es que en ocasiones, en el fútbol, como en la vida, todo va al revés. Cuando peor lo estaba pasando el Villarreal, el equipo amarillo empató ante un Barcelona al que la obligación de ganar le generaba una urgencia perjudicial. Pero en el momento en que los castellonenses más cerca estaban de darle la vuelta al marcador, Messi penalizó la tibieza defensiva del submarino con un tanto al filo del descanso que complicaba la función de cara a la segunda parte. En la reanudación, los catalanes engrosaron su ventaja ante un equipo desnortado, y le complicaron la quinta plaza a los de la Plana que pueden perderla si hoy gana el Athletic al Alavés.

El duelo había comenzado con un Villarreal empujado hacia su área, sin presencia en el campo rival. Sin Bruno en la medular, Rodri cogió la responsabilidad, y atrás Fran Escribá apostó por Álvaro González. Por su parte, los azulgranas arrancaron el duelo revolucionados, con la posesión del esférico como obsesión, aunque la mayor parte de ese dominio era en la zona central, donde tener el balón se convierte más en un engorro que en un peligro.

No fue hasta el minuto 14 que el Villarreal cruzó por primera vez la línea del centro del campo con cierta intención. Jonathan presionó a Digne, tras un despeje defectuoso de Ter Stegen, para robar el balón. El mexicano apuró la banda para lanzar un centro que despejó la defensa azulgrana.

Ese toque de atención despertó al Barcelona que, ante su incapacidad para anotar, daba la impresión de enrabietarse, de excitarse. Avisó Messi, que le sacó una falta a Álvaro González en la frontal del área, con un lanzamiento manso que atajó Andrés Fernández. Eso era el minuto 19, y sólo dos después Neymar adelantaba a los locales. El brasileño se aprovechaba de una carrera de Luis Suárez que había acabado con un pase largo a Messi, para anotar el 1-0. El argentino amagó el disparo, y le cedió el esférico a un Neymar que ya le ha marcado nueve goles a los amarillos.

El tanto espabiló al submarino que, comandado por Jonathan, incrementó su presencia en el campo del Barça. Un centro del mexicano obligó a Piqué a ceder un córner. Tras otro aviso, en forma de centro desde la izquierda de Costa, el Villarreal igualaba la función mediante Bakambu.

Soldado, escorado a la derecha en la línea del centro del campo, lanzó un balón largo al espacio que persiguió el franco-congoleño. Superó en velocidad a Piqué, y fusiló a Ter Stegen para empatar en el minuto 32, y meter el miedo en el cuerpo a los azulgranas.

La Liga se le escapaba al equipo de Luis Enrique, y eso obligó a los culés a buscar un nuevo tanto y dejar espacios para las contras. Así, Soldado perdonó en el minuto 39 el segundo gol amarillo, tras un centro de Soriano. Su cabezazo se marchó demasiado alto.

Pero, en el lado contrario, Piqué y Neymar también desaprovechaban dos ocasiones para volver a adelantar los azulgranas. Entonces apareció Messi, siempre determinante, para inventarse el 2-1 antes del descanso. Nadie pudo detener sus quiebros en la frontal, hasta que encontró el hueco para disparar. Mario colaboró para que el esférico entrara cerca del palo izquierdo de Andrés Fernández.

Dos tantos más

Palo moral importante que acusó el Villarreal al regreso de los vestuarios. Todavía desubicado, el submarino vio cómo el equipo de Luis Enrique le golpeaba una y otra vez por la banda de Mario.

En la primera jugada de la reanudación, Neymar apuró hasta línea de fondo y ensayó el disparo. Cinco después, un pase de Iniesta permitió a Digne empalar un lanzamiento que se marchó alto. Incluso Messi, en el minuto 57, pudo armar la pierna en el área a lo que respondió Andrés Fernández.

Tras este acoso, pareció respirar el Villarreal. Volvió a pisar el campo contrario, pero apenas ponía en apuros a los locales. Sólo Bakambu pudo recortar distancias. Pero el Barcelona se aprovechó de un error de colocación de la zaga, tras un fuera de juego amarillo, para sentenciar. Una carrera de Sergi Roberto acabó con el balón en los pies de Luis Suárez. Regateó el uruguayo a Álvaro para resolver con un disparo cruzado que suponía el 3-1.

Buscó la remontada el submarino que, en un intento desesperado, aún se encontró con el cuarto tanto local. Unas manos de Jaume Costa en el área, en el minuto 82, la convertía Messi en un gol de penalti, en la estocada final.