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Recorrido por el pasado templario de Peñíscola

?El Castillo Templario se encuentra en la parte más elevada del peñón sobre el que se sustenta la ciudadela

Recorrido por el pasado templario de Peñíscola

Hoy nos desplazamos hasta el Castillo Templario de Peñíscola, también conocido como Castillo del Papa Luna. Esta fortaleza fue construida entre los años 1294 y 1307 por los templarios para convertirla en su refugio. Años más tarde, entre 1411 y 1423, se convirtió en residencia de Benedicto XIII, transformándose así en palacio pontificio.

El Castillo se divide en varias estancias y, si las recorremos todas podremos observar los cambios que se han ido produciendo desde que se erigió, hace más de 700 años. En primer lugar, el espacio que recibe al visitante es el Zaguán o la puerta de entrada, y éste es el que conduce hacia los Establos, el Aljibe y el Cuerpo de guardia. A continuación, las escaleras nos conducen hacia el amplio Patio de Armas, un espacio con vistas al mar que sirvió como claustro durante la estancia de los templarios y como jardín papal durante los últimos años de vida del pontífice Pedro de Luna. En el centro de éste, Benedicto XIII ordenó construir una gran fuente que, actualmente, se encuentra en la catedral de Tortosa y tiene su réplica en la Iglesia de Santa María de Peñíscola.

Si continuamos la visita desde el Patio de Armas podemos acceder a otra de las dependencias más importantes, el Salón Gótico o Salón del Trono. Sus proporciones y austeridad, así como su construcción en bóveda de cañón apuntado, nos trasladan hasta las recepciones y actos solemnes celebrados por la Orden de Montesa (a partir de 1319).

Como apuntábamos antes, los muros de este Castillo han sido testigos de múltiples hitos históricos como el refugio de Benedicto XIII o de los estragos de la Guerra de la Independencia, cuando los soldados franceses lo ocuparon y se sucedieron los bombardeos que han dejado mella en algunas de las torres. No obstante, la rehabilitación y la recreación mediante proyecciones audiovisuales permite que todo aquel que lo visita pueda imaginar cómo era la vida en este espacio intramuros. Siguiendo en esta misma planta, podemos adentrarnos en espacios como la Sala del Agua, la Despensa o en Dependencias Pontificias como el Estudio, la Biblioteca, el Comedor, la Sala de Trabajo y la Cámara Mayor.

Todas ellas tienen acceso a uno de los múltiples miradores, la Torre del Papa Luna. No podemos olvidarnos de la Iglesia del Castillo, una pieza arquitectónica de planta rectangular que sirvió como capilla de los caballeros templarios y de los montesianos, convertida posteriormente en basílica papal de Benedicto XIII y de su sucesor Clemente VIII.

Vistas panorámicas

La fortificación cuenta con varios miradores con vistas al mar, pero desde el más alto, conocido como 'El Macho', se puede divisar la Sierra de Irta, el Ermitorio de la Virgen de Ermitana, el Parque de Artillería -situado en el peñón- y los municipios vecinos de Benicarló y Vinaròs. Así mismo, desde esta atalaya situada en el punto álgido del Castillo también pueden diferenciarse las dos zonas del litoral peñiscolano, por un lado la arenosa costa norte y por el otro el rocoso sector sur.

Para poder acceder al interior del Castillo es necesario comprar entrada, el precio de las cuales es gratis para niños de hasta 8 años, de 5 euros para la tarifa general y de 3'50 euros para pensionistas, docentes, estudiantes, desempleados, jóvenes entre 9 y 16 años y grupos de más de 30 personas. Por otra parte, la fortaleza puede se recorrer mediante visitas guiadas normales o teatralizadas (para las cuales también es necesario comprar entrada) o de forma independiente. Esta segunda opción puede completarse mediante la descarga de la nueva App del Castillo, que incluye la audioguía de la vista en diferentes idiomas

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