El Gobierno central ha reactivado el proyecto de parador de turismo en Morella tras suspenderlo hace cuatro años, con las obras ya adjudicadas, esgrimiendo una falta de financiación. Retoma los trámites pero elude en los presupuestos generales de 2017 consignación para la ejecución.

Ahora ha licitado la redacción de un estudio arqueológico del convento de Sant Francesc donde se prevé erigir la instalación, un paso previo a la construcción que todavía no se había ejecutado. El plazo de este proceso se sitúa en los 18 meses, con lo que como pronto las obras comenzarían a primeros de 2019 (hay que sumar otros cuatro meses de licitación).

El parador de Morella está llamado a ser una pieza clave para frenar la salvación del interior de Castelló. El Consell y los empresarios turísticos lo demandan desde hace más de diez años. El Ejecutivo central adjudicó en 2009 el proyecto constructivo por un importe de 11 millones de euros, pero en 2012 las suspendió a pesar de que había llevado a cabo algunas inversiones previstas como el túnel de acceso al convento de Sant Francesc.

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, destacó que el paso dado ahora, y que ayer publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE), es «previo e imprescindible para la posterior ejecución de las obras, cuya programación ya está contemplada en los planes de infraestructuras de Turespaña».

Explicó que «supone dar cumplimiento al mandato de la directora general de Cultura y Patrimonio de la Conselleria de Educación y Cultura de la Generalitat el pasado mes de enero de 2016, en el que exponía que, aunque se concedió licencia el 6 de febrero de 2009, aún han de concretarse muchos extremos del proyecto, así como que el proyecto arqueológico ha de ser anterior a la obra, porque puede provocar numerosos cambios e imprevistos en el proyecto arquitectónico del parador».

Indicó que el nuevo estudio, cuya realización tiene un coste de 235.466 euros, se incorporará al proyecto constructivo adjudicado en 2009. Desde la delegación del Gobierno agregaron que las catas desarrolladas en su momento pusieron al descubierto restos arqueológicos que se tuvieron que poner en valor. El nuevo informe llevará a cabo una segunda tanda de catas que se quedó en el tintero con la suspensión del proyecto.

El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, expresó su sorpresa de que se liciten catas cuando «ya existen autorizaciones para realizar estos trabajos desde el 2012 y no se han llevado a cabo hasta ahora por falta de consignación. Y ahora se propone un nuevo proyecto arqueológico». Expresó su preocupación de que este proceso retrase las obras y reclamó una reunión urgente con Turespaña.

El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, afirmó que el parado de Morella es una propuesta que «trasciende a la comarca de Els Ports; es un tema de interés general de la Comunitat Valenciana para cualificar el interior».

El parador de Morella ocupará una extensión cercana a los 6.000 metros cuadrados y se situará en un antiguo convento de San Francisco. Albergará 64 habitaciones, salones de convenciones y congresos, zona de spa, entre otras dotaciones.