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Jorge Rivera gana el bolsín

El festejo taurino sirven para reinaugurar la plaza de toros de Vilafranca tras su remodelación

La Diputación de Castelló y el Ayuntamiento de Vilafranca, de la mano, han hecho un trabajo de remodelación del coso de Vilafranca encomiable. Ayer Javier Moliner y Oscar Tena descubrieron una placa en la puerta grande alusiva y la puesta de largo del histórico inmueble construido en el año 1933 congregó ayer sobre el albero vilafranquino a Jesús Cuesta, alumno de la Escuela de Sevilla, David Martínez, representante de la Escuela de Guadalajara, así como a los participantes castellonenses, Marcos Caro y Jorge Rivera. Además, fuera de concurso, han participado Jordi Pérez, de la Escuela Taurina de Valencia, y Elena Serrano, de la Escuela de Albacete.

Por orden de intervención, el sevillano Jesús Cuesta, manejó con buenas maneras el capote a la verónica, y mantuvo el nivel en redondo. El novillo echó la cara arriba por el izquierdo, lo probó, le quitó el engaño y tuvo que retomar la diestra, bajó de intensidad el trasteo y dejó una estocada atacando con fe. El de Marcén,tuvo la raza justita y el público le obsequió con cariñosas palmas.

El alcarreño David Martínez recibió de rodillas al muy medido de fuerzas colorado que hizo segundo. Marcos quitó por faroles vistas las circunstancias. No mandó sobre la embestida el de Guadalajara y el animal hizo por él por el izquierdo. Más firme sobre la diestra, le birló algunos sin perder los papeles con otro añojo de baja nota que le propinó varios revolcones de los que se levantó sin mirarse. Tras unos ayudados por alto lo despenó de un bajonazo que asomó. Saludó, una ovación.

Marcos se fue a Portagayola a por el burraco que hizo tercero. Luego estuvo animoso a la verónica y, ya con la muleta, se atemperó en los primeros naturales y le costó buscar el pitón contrario de un torete con genio en un trasteo de poco entendimiento mutuo por lo que optó al final por los rodillazos y bernadinas. Mató de una estocada traserita y le dieron una benévola oreja.

Rivera saludó y despidió de rodillas a su oponente con el percal tomó bien el engaño el añojo, mas pronto buscó los adentros. Se fue a tablas, le presentó la zurda y como el astado se sintió cómodo, obedeció. Tiene Jorge gusto, temple, sentido de la distancia y administra bien las alturas. Paseó una oreja.

Fuera de concurso intervino el valenciano Jordi Pérez, suelto con la capa y reposado con la franela. Sorteó un animal noblón con el que había que andar decidido y resolvió el compromiso con suficiencia pero marró con los pinchos. Saludos.

La albaceteña Elena Serrano echó con el de menos presencia que, además, apenas se sostenía en pie. Puso voluntad y le birló algún muletazo estimable en la primera parte de su faena, destacando en la otra, ya con el novillo recuperado, por naturales. Se demoró a la hora de matar y fue ovacionada.

Finalizó el espectáculo con una exhibición de toreo a cargo de los jóvenes Borja Collado y El Ceci.

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