Aunque los primeros asistentes llegaron el lunes con la apertura de las zonas de acampada, el ambiente de festival en las calles de Benicàssim no ha hecho más que aumentar desde entonces. La localidad recibió ayer a los últimos fibers extranjeros coincidiendo con el inicio de los conciertos. Comercios y vecinos destacan aquello que la organización ha venido contando desde hace días, que esta será una de las ediciones más multitudinarias de los últimos años.

La calle Santo Tomás y adyacentes son un hervidero de gente durante todo el día. Los fibers se dejan ver paseando, en las terrazas y bares y entrando y saliendo de las zonas de acampada. Por su proximidad con el casco urbano, la zona del Villacamp, junto al Puente de Hierro, es de las zonas más transitadas. Los fibers apuraban ayer por las calles de Benicàssim las últimas horas antes de que dieran comienzo las actuaciones en el recinto de conciertos.

Los comerciantes coinciden en apuntar que este año ha venido más gente que otros años, aunque existen ciertas reticencias entre quienes ven positiva esta avalancha de gente y a quienes no les gusta. En general, quienes están más contentos son los empresarios del sector de la restauración. «Este año hemos notado que hay bastante más gente que los años anteriores. Vienen sobre todo a comer y a beber», explicó ayer la empleada de una cafetería.

«El año pasado estuvo bien de gente y creo que este año va a ser incluso mejor. Empezamos a recibir gente desde el pasado lunes y desde entonces no ha hecho más que aumentar. Creo que económicamente va a ser un FIB positivo para nosotros», dijo el propietario de un restaurante de Benicàssim, que añadió que durante estos días sirven ya a los fibers tanto desayunos como comidas y cenas. "«Son gente que se comporta bien», indicó este hombre.

«Estamos recibiendo gente de las acampadas desde el lunes. Vienen a comprar a la panadería, piezas de fruta y, sobre todo, bebida fresca. Hay más gente que en años anteriores», explicó la empleada de un supermercado de Benicàssim.

Campings y hoteles también han notado este incremento en el número de fibers. No obstante, no siempre llueve a gusto de todos y hay quien no comparte el turismo de festivales con la presencia masiva de gente estos días en la localidad, que consideran que perjudica al perfil de cliente que tienen.

«Tengo menos clientes del FIB que otros años. El año pasado fue flojo y este creo que lo va a ser más. La semana pasada tenía más clientes que esta. Estos días no quieren venir por el FIB», dijo el dueño de una heladería. «Hemos notado que hay más gente, pero a nosotros nos perjudica. Nuestros clientes habituales no vienen estos días porque están los fibers y los espantan. Antes eran más mayores y se dejaban más dinero. Ahora compran agua y algo de fruta», indicó la responsable de una frutería.

Los hosteleros esperan que aumente el número de clientes en los próximos días.