El cierre provisional de la piscina provincial ha puesto en cuestión el modelo de gestión indirecta. La diputación insiste en que esta fórmula es más económica para las arcas públicas, mientras el Ayuntamiento de Castelló considera que tras el fracaso de la primera empresa convendría apostar por una gestión pública directa.

El concejal de deportes, Enric Porcar, indicó que la gestión indirecta emula a la oferta privada y apuntó que así sólo busca el «beneficio de la concesionaria sin tener en cuenta las necesidades de la población».

Recordó que el Patronato Municipal de Deportes gestiona de manera directa tres piscinas y destacó «que están siempre llenas y que por eso tenemos en Castelló los mejores nadadores, los mejores waterpolistas y las mejores sincro de todo el País Valencià». Ello es consecuencia, añadió de que «hay una buena gestión y planificación de los espacios públicos».

Porcar afirmó que ha mantenido varias reuniones con los responsables de la diputación para buscar una salida pero admitió que es complicado que la institución provincial ceda la piscina al ayuntamiento. No obstante, Porcar estimó que se debería crear una mesa de trabajo para estudiar el futuro de la gestión de la instalación.

La solución de la diputación anunciada ayer tampoco ha agradado a los trabajadores. Fuentes de los mismos lamentaron que la diputación no compromete los 40 puestos de trabajo. «Nos dejan muy desprotegidos; la subrogación directa no es posible pero nos dijeron que iban a ponerla en las cláusulas del pliego de condiciones del nuevo contrato; ahora aseguran que mediarán, suena bien pero no vale para nada, porque lo trabajadores continuarán siempre que quiere la empresa», sostuvieron las mismas fuentes. Los empleados estudian presentar una denuncia contra la empresa para demandar que, o bien se puedan subrogar a una futura contratación o reclamar la indemnización por despidos improcedentes. Algunos trabajadores han encontrado trabajo en otros lugares, pero otros confían en retomar su antiguo empleo.