El crucero Albatros Phoenix Reisen llegó ayer a Peñíscola a primera hora de la mañana procedente de Cartagena tras haber visitado también otras ciudades como Madeira o Tánger.

Tras su parada en el puerto pesquero de Peñíscola a las 10.00 horas, ya pasado el mediodía comenzaron a organizarse los diferentes grupos de excursiones, pues los turistas pudieron escoger tanto la opción de quedarse en la Ciudad en el Mar como la de visitar ciudades como Castelló o València.

El Albatros partió de Alemania el pasado 27 de septiembre y concluirá su recorrido con su parada y visita a Barcelona. En total, son 753 pasajeros los que viajan a bordo de la embarcación, en su mayoría procedentes de Alemania, pero también de países como Holanda, Eslovaquia, Suiza, Austria, Dinamarca, Rusia o Luxemburgo.

El segundo capitán, Dariel Valdés, explicó que esta primera visita a Peñíscola servirá como una exploración para comprobar las condiciones portuarias, los servicios de tierra o la hospitalidad hacia los viajeros. «Esos factores son decisivos a la hora de repetir la experiencia en el municipio, ya que se trata de un puerto en el que no habíamos fondeado antes» añadió. Por su parte, el capitán, Robert Fronenbroek, declaró que es muy probable que vuelvan a la costa del municipio.

«Nuestros clientes se ven atraídos por destinos nuevos y los puertos grandes están muy ocupados. Además, el clima es muy importante para ellos y Peñíscola nos ofrece unas condiciones óptimas para satisfacer estas necesidades», argumentó el Capitán. «A la hora de estructurar el itinerario, Peñíscola se planteó como un destino muy atractivo y al 'planner' le llamo mucho la atención por su historia, su meteorología y las condiciones portuarias», añadió Fronenbroek.

Otros factores decisivos que repercuten en la decisión de volver a un puerto concreto son la seguridad y el confort del pasajero. Por tanto, de las cuatro embarcaciones de la compañía Phoenix, «es más que probable que uno de ellos vuelva a Peñíscola», explicaban los responsables.

El crucero echó el ancla a unos 600 metros de la costa, pues los 7,5 metros de calado impidieron que se aproximara más. La antigüedad de la embarcación es de 43 años, aunque ha sido renovado por completo tanto interior como exteriormente en varias ocasiones, y el público al que va dirigida su capacidad es de turistas sénior con capacidad económica media-alta.

Operativo turístico

Ante este singular acontecimiento turístico, el Ayuntamiento de Peñíscola desplegó un dispositivo especial en el que ha estado trabajando durante las últimas semanas. Las oficinas de información turística del municipio reforzaron sus servicios con la apertura del punto de atención al visitante del puerto con una persona que tiene dominio del alemán. Además, el recinto portuario acogió un punto de aduana, como es habitual en estas circunstancias. Este es el tercer gran barco que fondea las aguas peñiscolanas en los últimos años. Tras el buque The World en 2007, atracó en 2014 el Black Watch de la compañía británica Fred Olsen.